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El lobo arruina la cabaña ganadera, con 401 animales muertos o perdidos en 2019

La guardería acredita un ataque en Loredo, con una oveja muerta: "La zona rural sufre despoblamiento, pero no se hace nada"

José Manuel Estrada, ayer, junto a la oveja muerta.

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall) cifra en 401 los animales que durante el año pasado resultaron perdidos o directamente acabaron muertos a causa de los ataques de los lobos. El colectivo exige al Principado que asuma la gravedad del problema y "tome medidas urgentes y contundente" para proteger a la cabaña local.

Los 400 animales que han perdido los ganaderos incluyen ovejas, cabras, potros y xatos. "El noventa por cierto de esta cifra acabaron muertos o tuvieron que ser sacrificados", señala Chus García, portavoz de Agall.

El último ataque de lobos se produjo ayer mismo en Loredo. Dos cánidos atacaron un rebaño de ovejas en una finca anexa al pueblo y situada a unos 450 metros de la concurrida senda peatonal que enlaza con La Pereda. José Manuel Estrada es el propietario. Ejemplifica el malestar e indignación que late en el sector. Desde el año 2018, él ha perdido casi medio centenar de ovejas: "Ya me gustaría que los ecologistas vieran como dejan los lobos a unos animales que has criado y a los que tienes un enorme cariño", explica este mierense.

La oveja muerta en Loredo estaba preñada. "En el mercado podría valer unos 150 euros y la indemnización que recibiremos llegará, en el mejor de los casos, a los 85", señala Estrada. Con todo, este ganadero afirma que la pérdida económica es algo secundario: "El problema es que se habla del despoblamiento de los pueblos, pero luego las administraciones no actúan para facilitar la vida en la zona rural".

Loredo se encuentra junto a la vieja carretera nacional y al lado del polígono industrial de Baíña. A los vecinos ya no les extraña que los lobos lleguen hasta la misma puerta de las casas. "Nosotros tenemos un buen mastín, pero no sirve de nada", lamenta Estrada. La guardería rural del Principado confirmó ayer que el ataque en el que resultó muerta la citada oveja fue causado por lobos.

Agall espera que, al menos, este último ataque de los lobos en Loredo sirva para que la zona del Llosorio sea finalmente considerada por el Principado como un asentamiento del lobo, algo que los ganaderos llevan años reclamando sin éxito: "Recientemente se han podido divisar un par de ejemplares", indica Chus García.

La gestión del lobo en los montes asturianos incluye un mapa con las zonas de distribución de la especie. El Llosorio está registrada como lugar libre de lobos. Es decir, es labor de la Administración espantar o abatir los cánidos que entren en el monte. Pero, según denuncian desde Agall, "siguen matando en este monte y no hay ningún control en el lugar". El sector alerta de que las pérdidas a nivel comarcal son "inasumibles", con más de un animal perdido al día durante 2019.

La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu en el Caudal asegura que, desde 2010, han abandonado la cría de ovejas y cabras medio centenar de vecinos. El problema esencial, aseguran los propios productores, son los ataques de cánidos salvajes: "Acabarán con la ganadería, porque no sale a cuenta", denuncian desde el colectivo.

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