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El desmoronamiento de La Villa entierra el último recoveco fundacional de Mieres

Los vecinos claman contra el abandono del histórico barrio y exigen limpieza y un plan de recuperación urbana que frene su avanzado deterioro

Charo, vecina de la zona, se queja ante una casa en ruinas. D. M.

Escombros, basura, maleza, paredes resquebrajadas, tejados desmoronados, aleros sueltos y cascotes por todas las esquinas. Un sinfín de casas en ruinas. Es en lo que se ha convertido lo que debería ser uno de los rincones más representativos y mejor cuidados del casco urbano de Mieres. El barrio de La villa, junto a Requejo el último recoveco de los espacios fundacionales de la ciudad, se está desmoronando. En este caso, el termino se puede aplicar literalmente.

"Estamos hablando de garantizar la seguridad, la higiene y de ofrecer las mínimas condiciones de vida", señala José Antonio Rubio, directivo de la asociación de vecinos. "Todo se está cayendo y en estas calles juegan nuestros niños. Lo que debería ser un lugar seguro y acogedor es un constante peligro", remarca Nerea Ledo. "He pedido un presupuesto para pintar la casa, pero al final he pensado que con este entorno no vale la pena. La arreglé por dentro y está. No pasan ni a limpiar", explica otra vecina del barrio.

Los vecinos tienen una larga lista que críticas. Se quejan de que el Ayuntamiento ni limpia ni asume ningún tipo de mantenimiento en el histórico barrio. "Nosotras somos las que tenemos que salir a las calles con la escoba para que no nos coma la mierda", apuntan indignadas varias mujeres. "Mires donde mires sólo vez deterioro y abandono".

La Villa es uno de los enclaves que sirvieron de sustentación para el crecimiento de la ciudad. El barrio cuenta con el inmueble civil más antiguo de la ciudad, la Casa Duró, construida un poco antes de 1700, aunque varias veces remodelada. Este desordenado entramado de estrechas caleyas esconde edificaciones de gran valor simbólico para la ciudad. Y es que aún se mantienen en pie varias casas construidas en la décadas de 1870. Ahora bien, son demasiadas las construcciones que se encuentran en ruinas. Muchas amenazan visiblemente con venirse abajo. Abundan las fachadas abatidas y los tejados derruidos.

"La Villa necesita un plan urbanístico especialmente adaptado al barrio que facilite la rehabilitación de viviendas, aunque a corto plazo lo más urgente es aplicar un programa intensivo de limpieza y mantenimiento", señala Manuel Prado, presidente de la asociación de vecinos.

El deterioro no atenta sólo contra la estética, también suscita una constante amenaza. De hecho, a principios de semana la buhardilla de una vivienda del barrio, situada junto a la carretera general, se derrumbó . "No me pilló debajo de milagro", indica José Antonio Rubio.

Uno de los problemas que dificultan la recuperación urbana de La Villa es la propiedad de las edificaciones: "Muchos están en manos de herederos y se desentienden de su mantenimiento", señala Manuel Prado. El Ayuntamiento ha acometido en los últimos años varios derribos subsidiarios, pero las amputaciones no parecen ser la solución para combatir la avanzada necrosis. "Aquí no hay intereses políticos, sólo un barrio histórico que está literalmente en ruinas", comenta Rubio.

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