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Reclaman acelerar los trámites para recuperar la playa fluvial de La Chalana

Los vecinos aseguran que el 15 de marzo finaliza el plazo para solicitar a las autoridades europeas el permiso para habilitar la zona de baños

La zona de La Chalana, en Laviana. J. R. SILVEIRA

Los vecinos que promovieron una recogida de firmas para la recuperación de la playa fluvial de La Chalana han pedido al Ayuntamiento acelerar el proceso. En una instancia presentada por registro en el Consistorio, piden información sobre la evolución de los trámites y expone que el 15 de marzo finaliza el plazo para solicitar a las autoridades europeas la autorización para permitir los baños en la zona.

En La Chalana se ejecutaron el pasado verano obras de mejora para garantizar la celebración del Descenso Folklórico del Nalón. Las riadas de hace un año acumularon gran cantidad de piedras en la zona, lo que hacía casi imposible el paso de las embarcaciones y los participantes. La idea era que esas obras fueran el punto de partida para la recuperación de la zona de baños. En aquella ocasión, el alcalde de Laviana, Julio García dio un plazo de dos años como mínimo para que se pueda recuperar la playa fluvial de La Chalana.

Jerónimo González, presidente de la Unión Rural Allerana y Comarcas del Alto Nalón (URACAN), la entidad que recogió firmas para lanzar la iniciativa de recuperar la playa fluvial, considera que "es necesario agilizar todo ese proceso, por eso hemos pedido información para saber cómo están todos los trámites. Creemos que, a la espera de hacer otras obras a mayores, ya se podría habilitar provisionalmente como zona de baños, pero el plazo para solicitarlo ante la UE finaliza el 15 de marzo".

La Chalana fue uno de los principales puntos de recreo de la comarca en la segunda mitad del siglo pasado, principalmente en las décadas de los años sesenta y setenta. En una jornada del año 1963 llegaron a contabilizarse 15.000 bañistas. En La Chalana había unos vestuarios en unas casetas y una consigna para que la gente pudiera dejar la ropa.

La bajada de caudal y los vertidos de aguas residuales de los núcleos próximos, antes de que se acometieran los saneamientos en la zona, provocaron que la zona no fuera apta para el baño y dejara de utilizarse como playa fluvial a finales de los ochenta.

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