Las obras necesarias para poner en marcha el servicio de internet de fibra óptica en el concejo de Sobrescobio ya han comenzado. El alcalde coyán, Marcelino Martínez, expuso que los trabajos empezaron en la localidad de Villamorey, con la adaptación de varias arquetas. A continuación se llevarán a cabo obras de adaptación en diversos puntos del concejo, incluyendo la sustitución de varios postes "de la luz".

El Ayuntamiento de Sobrescobio aprobó el pasado mes de septiembre la licencia de obras presentada por la compañía de telecomunicaciones Telecable, que pretende extender la red de fibra óptica en varios pueblos del concejo.

El principal objetivo de esta iniciativa es, según afirmaron desde el equipo de gobierno local, "facilitar la vida a los vecinos del concejo, mejorando la disponibilidad y el acceso a las nuevas tecnologías". La Junta de Gobierno de septiembre en el Consistorio coyán fue la encargada de dar el visto bueno a la petición de la empresa de telecomunicaciones. El plazo de ejecución de la obra, una vez comenzada, será de aproximadamente seis semanas.

"Zonas blancas"

El plan para extender la fibra óptica por Sobrescobio se enmarca dentro de un programa estatal que incentiva la llegada del cable a la zona rural. Este programa pretende subsanar las deficiencias en la red de telecomunicaciones. Según un informe del Ministerio de Economía y Empresa, en las Cuencas casi 30.000 vecinos -prácticamente toda la zona rural de los diez concejos- vive en una de las denominadas "zonas blancas", lugares que no disponen de cobertura de redes de banda ancha de nueva generación. Mieres es el municipio más afectado, con 7.800 vecinos en esta situación. Langreo, Aller y Lena, casi 3.000 en cada uno, 2.000 en Laviana y en Caso, sus 1.600 habitantes. Con estas obras, se espera que Sobrescobio deje de formar parte de este "club".

Tanto en Sobrescobio como en Caso la red de telecomunicaciones suele sufrir averías y cortes de forma habitual. Hace un año, los vecinos y negocios coyanes estuvieron toda una semana sin conexión a la red, lo que ocasionó posteriormente una riada de quejas y denuncias formales en los servicios de consumo. Finalmente, las empresas de telecomunicaciones no cobraron los días en los que hubo cortes. Eso sí, no hubo indemnizaciones por los daños y perjuicios causados a vecinos, comercios y empresas de hostelería.