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ENRIQUE BARÓN CRESPO | Exministro de Transportes y expresidente del Parlamento Europeo

"El Estado autonómico ha sido un éxito, el siguiente paso es el federalismo"

"El 'Brexit' no nos conviene nada, pero ya veremos, he negociado mucho con británicos y el Tratado de Lisboa permite parar el proceso"

Enrique Barón, en una conferencia. MARA VILLAMUZA

Enrique Barón Crespo (Madrid, 24 de marzo de 1944) es economista y abogado, actualmente preside la Unión de Europeístas y Federalistas de España. Fue ministro de Transportes entre 1982 y 1985 en el primer Gobierno de Felipe González, y europarlamentario entre 1987 y 2009. Llegó a ser presidente del Parlamento Europeo entre 1989 y 1992. Ayer ofreció una charla, "El federalismo en España y en Europa" en la Casa del Pueblo de Pola de Laviana.

-Me han invitado a hablar de las perspectivas de futuro para Europa. Partiré desde la Vía Jacobea, cómo desde el siglo IX es una empresa de éxito que ha movilizado a millones de europeos sin que existieran las redes sociales, ni internet, ni el AVE, ni ningún tipo de organización. Eso tiene un significado, es construir Europa a partir de sus pueblos, de un objetivo común. Hoy se habla mucho de identidades, como si tuvieras un hierro como el ganado en la frente, pues curiosamente, sin que existieran medios de comunicación, con el boca a boca, la gente ya tenía una conciencia. Y a partir de ahí, en el 70.º aniversario de la Declaración Schuman, vamos a hablar de los grandes desafíos de esa conferencia para el futuro de Europa que ha planteado la presidenta (de la Comisión Europea) Úrsula Von de Leyen.

- ¿Cuáles son esos desafíos?

-En mi opinión hay tres claros. El primero, que se está discutiendo ya, que es el nuevo trato verde, el marco financiero es muy importante en la constitución económica. Es el futuro, y como decía un político mexicano, "el vive fuera del presupuesto vive en el error". Hay que ver cómo nos repartimos los esfuerzos.

- ¿El segundo?

-Cómo pasamos de una unión federalizante, que es como funciona ahora la UE, a cómo construimos a partir de aquí una federación europea, que es lo que planteaba la Declaración Schuman. El tercer punto es cómo una UE, que en su Tratado de Lisboa defiende un orden multilateral basado en la ONU, puede ser un poder político de presente y de futuro, sobre todo cuando su socio histórico y protector hasta la caída del muro (EE UU) ahora tiene una actitud de rival.

- ¿Cómo afecta el "Brexit" a esta construcción europea?

-Han dado el paso para salirse, pero aún no se han salido. Tenemos por lo menos cinco o seis años de negociación, y ya veremos qué pasa.

- ¿Es escéptico con el proceso?

-No, pero es que muchos años he trabajado y negociado con británicos, y conozco bien el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que si se lee con atención, ese proceso puede pararse, e incluso saliendo, pueden volver a pedir la entrada. Por eso digo que ya veremos. Creo que desde luego no nos conviene nada, pero hay que respetarlo.

- En teoría salen perjudicadas las dos partes...

-En la teoría y en la práctica. Estamos en un mundo donde son los grandes países y los grandes conjuntos los que mandan. ¿Entendemos que son Estados Unidos China? Pues nosotros éramos 500 millones, ahora somos menos. Eso no ayuda, y además Gran Bretaña tiene un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU, es la primera potencia pretoriana en Europa y es un país de enorme importancia económica. Yo lo que digo es que es conocer mal a los británicos pensar que se han ido y que ya no tenemos que ver con ellos.

- ¿Existe la impresión de que la UE queda lejos, cuando marca todas las políticas que se llevan a cabo?

-Si tiene dos euros en el bolsillo, fíjese lo cerca que está la UE. En las últimas elecciones europeas aumentó en 10 puntos la participación, pienso que la gente sabe, cada vez más, que su futuro pasa por Europa. Empezando por la moneda.

- Unión monetaria, ¿para cuándo la fiscal?

-Estoy absolutamente a favor. Uno de los que más se oponía era Gran Bretaña, pero hay otros también, como Irlanda. Sobre todo aquellos impuestos que tienen que ver con el mercado interior, como sociedades, el IVA. Tiene mucho sentido la armonización. Y por ejemplo, otros impuestos, como con el carbono, con la energía y contra el cambio climático, difícilmente pueden ser nacionales. Digo también una cosa: hablamos de armonización europea, pero podríamos empezar por casa.

- Con los auges de los nacionalismos en todo el continente, ¿se hace difícil ser europeísta?

-No estamos sitiados. Lo que diga Salvini no tiene nada que ver con los independentistas catalanes. Estamos cambiando rápidamente la faz del continente, por primera vez en 75 años, en paz, ya no tenemos guerras. Y somos el continente con más guerras, hay que recordarlo. Ya no. Es duro construir, y como diría Machado, se hace camino al andar. Así hemos conseguido lo que tenemos. ¿Hay oposición? Sí, pero no son precisamente los que mandan. La investidura de la presienta de la Comisión se hizo en quince días, hay muchas cuestiones que nos unen. Y en la vida tampoco hay que estar de acuerdo en todo, es conflicto y lucha, pero hay que resolver las cosas de forma civilizada.

- Volviendo a España, siempre ha defendido la reforma de la Constitución.

-Tenemos la primera Constitución desde la de Cádiz que se puede reformar. Nuestra costumbre hasta ahora ha sido tirarlas a la basura. El Consejo de Estado ya hizo un dictamen modélico a favor de la reforma.

- ¿Qué hay que cambiar?

-Hay que introducir a Europa en la Constitución, como han hecho ya muchos países, sabiendo que no es solo una declaración de amor, la UE ya forma parte de nuestro sistema, con el tribunal europeo. La mitad de nuestra legislación está relacionada con Europa. Hay que hacer también un Senado autonómico. Hemos construido un Estado autonómico, que ha sido un éxito. En el artículo 2 sería recomendable poner quiénes somos España. En 1978 no lo sabíamos, no había comunidades autónomas. Cuando en este artículo se habla de nacionalidades y regiones, se puede poner quiénes somos: todas las comunidades por su orden de aprobación, todos. Y entrar en el tema del reparto de competencias. Es factible si hay voluntad de hacerlo.

- ¿Se ha intentado?

-Se planteó en 2007 y en la legislatura pasada, un acuerdo entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez permitió crear una comisión sobre el Estado autonómico. Los únicos grupos que participaron fueron mi familia política, el PSOE, además del PP y de Unión del Pueblo Navarro. Al resto al parecer no les pareció interesante.

- ¿Hay que actualizar las comunidades autónomas hacia un modelo federal?

-Es el siguiente paso. Las comunidades autónomas ya tienen competencias asimétricas. El catalán no es oficial en Asturias, es un ejemplo. ¿Por qué debe ser simétrico? No hay ni un Estado federal en el mundo que sea así.

- ¿Desconocemos cómo funcionan otros países que son federales, Estados Unidos, Alemania?

-No solo estos, Australia, India, Canadá, México, Argentina... Soy federalista, pero no es una secta, es una forma de organizar el sistema político. Hicimos las autonomías, que es nuestra manera de organizarnos federalmente. No nos falta empezar de nuevo, lo que falta es rematar lo que quedó, en parte, sin hacer. Nadie dice que hay que volver a las preautonomías, que están en la Constitución. Es como el componente del cohete que ya no vale.

- ¿Qué evolución debería darse para llegar a este Estado federal, qué falta por hacer?

-Lo primero que tiene que haber es una cosa que, en España, en este momento, hay algunos que discuten, pero que otros países tienen muy claro, como Estados Unidos o Suiza: son naciones por voluntad. El artículo 1 de la Constitución dice que somos una nación, no se niega a los demás que tengan su identidad. ¿Estamos dispuestos a tener la voluntad de vivir juntos? Esa es la cuestión. Y luego, ¿estamos dispuestos a ser leales unos con los otros en ese marco? ¿Queremos seguir con lo que nos ha funcionado desde el 78? Pues adelante.

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