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La futura planta de biomasa de La Pereda y el cierre de Nicolasa darán vida a Hunosa

La desvinculación del carbón prevista para el año 2022 permitirá a la empresa cumplir los requisitos de la nueva ley de Cambio Climático

La central térmica de La Pereda, propiedad de Hunosa, que se reconvertirá en una planta de biomasa.

El futuro de la empresa estatal Hunosa está garantizado a pesar de la aprobación por parte del Consejo de Ministros del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética hasta 2050. Y es que los planes a corto plazo de la compañía se alejan de su actividad originaria, el carbón. Actualmente mantiene activo el pozo Nicolasa, pero es más que previsible su cierre a finales de 2021 por imperativo legal, aunque no se incluya en el plan de empresa de la hullera. La Pereda se encuentra en un proceso de conversión para quemar biomasa, con lo que Hunosa cumpliría con los términos de la nueva ley.

Queda tiempo por delante. El documento, que tendrá que pasar antes por las Cortes, establece un plazo de dos años para elaborar una propuesta de calendario para que la Administración General del Estado y los organismos y entidades del sector público "se desprendan de participaciones o instrumentos financieros de empresas o entidades cuya actividad mercantil incluya la extracción, refinado o procesado de productos energéticos de origen fósil". Para entonces, Hunosa ya se habría reconvertido. Los planes para que la térmica comience a quemar biomasa forestal están establecidos para finales de 2022. El propio presidente de la compañía, Gregorio Rabanal, señaló en varias ocasiones que la modificación de la planta se podría conseguir con un procedimiento "relativamente sencillo" y "poco costoso", dadas las especiales características de La Pereda.

Los sindicatos mineros también tienen mucho que decir sobre el futuro de Hunosa y su convivencia con la Ley de Cambio Climático. El secretario general del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Alperi, señaló que, "dado que la ley indica la necesidad de desinversión estatal en todos aquellos activos en empresas o entidades que incluyan la extracción, refinado o procesado de productos energéticos de origen fósil, resulta evidente que en Asturias debemos aprovechar el acuerdo sobre el plan de empresa de Hunosa, donde hicimos una apuesta clara porque la empresa jugase un papel relevante como empresa pública en este país en la imparable transición energética".

En cuanto al plazo de dos años para elaborar un calendario, el sindicalista aseguró que "no hay tiempo que perder, y debemos buscar nuestra soberanía energética, como el resto de países europeos, mediante una empresa energética pública, que ayude a contener los excesos del mercado, y donde ya tenemos la herramienta creada a través de Hunosa". Para la central, "las empresas de todo tipo reclaman liquidez al Estado, y no debemos tener complejos en abrir el debate sobre nacionalizar y tomar el control público accionarial de empresas de sectores estratégicos, como es el caso del sector energético".

El secretario general de CC OO en Hunosa, Adrián Miguel Pérez, destacó que el plan de empresa de Hunosa "recoge que el pozo Nicolasa seguirá suministrando una cuota de combustible a la central de La Pereda mientras la legislación lo permita, lo que deja una puerta abierta para su continuidad más allá de 2021 y eso es lo que defenderemos el año que viene cuando toque definir los parámetros de futuro de Hunosa en el segundo semestre de 2021". Cuando se conoció el borrador de la Ley de Cambio Climático, el sindicato ya denunció las repercusiones que podría tener para Hunosa "no solo para Nicolasa y La Pereda, sino también para el Lavadero del Batán, ya que se dedica al tratamiento de combustibles fósiles", por lo que "el Gobierno o la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) tendrán que dar explicaciones de como puede afectar esta ley a Hunosa".

Pérez afirmó que "el PSOE nunca defendió el sector del carbón, lo pudimos comprobar en 2010 cuando avaló la decisión 787 de la UE que significaba la aniquilación del sector en España y, ahora, junto con Podemos, hacen tándem para finiquitar lo que queda de sector". El sindicato no se opone a la transición ecológica, "pero debe ser un proceso global a nivel mundial".

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