Las obras de reparación del "argayón", como llaman los vecinos al desprendimiento del Corredor del Aller a la altura de Moreda, comenzarán el próximo mes de julio con la intención de que la obra esté concluida antes de que termine el año. Así lo anunció ayer el vicepresidente y consejero de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático, Juan Cofiño, en respuesta a una pregunta del diputado del PP, Álvaro Queipo, durante la Comisión de Infraestructuras, Medio Ambiente y Cambio Climático y de Vicepresidencia.

"La obra está a punto de ser adjudicada, ya pasó por la mesa de contratación el pasado 22 de mayo, con lo que dará inicio en julio para finalizar antes de que concluya el año", respondía Cofiño al diputado popular, quien aprovechó para criticar los retrasos de esta obra que precisaba de una tramitación urgente porque tenía comprometida la estabilidad, lo que suponía una disminución de la seguridad. "No entendemos por qué si es una obra urgente, qué falló, no es lógico que hablemos de más de un año desde que se produjo", aseguraba Queipo.

Juan Cofiño, por su parte, destacó que "no hay ningún misterio con esta obra, en mayo del año pasado se aprobó el proyecto por vía de urgencia, en junio se firmó el acta de replanteo, pero se produjo un error administrativo y hubo que aprobar un nuevo proyecto". El nuevo proyecto "llega el 24 de octubre y se tramita en noviembre; en enero se publica en el perfil del contratante y en febrero salió contratación por 503.392 euros, programándose para la mesa de contratación en marzo, cuando nos pilló la pandemia". Esto hizo que se paralizase todo en la Administración hasta que a finales de mayo, cuando vuelve la actividad, "conseguimos que se formase la mesa de contratación, lo hicimos en cuanto pudimos", replicaba el vicepresidente ante las críticas del diputado popular.

El "argayón" se produjo en enero de 2019 cuando las aguas del río Aller socavaron el terraplén en las proximidades del segundo acceso a la localidad de Moreda, por lo que resultó afectada la plataforma de la carretera allerana en su margen izquierda, en dirección Cabañaquinta-Mieres. La variante se cerró, desviando el tráfico hacia el núcleo de la localidad, causando numerosas molestias entre los vecinos. La complejidad de esta obra ha retrasado hasta ahora su desarrollo. Éste es el tercer "argayón" que vive el Corredor del Aller desde su puesta en funcionamiento. La variante allerana requirió más de una década de obras, en varias fases, y una inversión de más de 60 millones de euros.