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Redes y Las Ubiñas ya no dispondrán de cámaras para vigilar la población osera

Los parques naturales de las Cuencas son claves para ver la evolución de la especie y favorecer la unión de los núcleos oriental y occidental

Una imagen de un oso tomada por las cámaras del FAPAS en Asturias Archivo FAPAS

Los osos ya no tendrán “vigilancia” en los parques naturales de las Cuencas. El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas) instaló hace años cámaras de infrarrojos para controlar el paso de plantígrados en Redes, y llegó a solicitar un permiso para extender la iniciativa al parque de las Ubiñas-La Mesa. No será posible: una sentencia ha respaldado la decisión del Principado de romper su convenio de colaboración con la entidad conservacionista. Entre otras actividades, el convenio regulaba el seguimiento de la especie en las Cuencas a través de cámaras de trampeo.

El FAPAS colocó las primeras cámaras en el parque natural de Redes en el año 2012. Se trataba de una iniciativa pionera, que tenía como principal objetivo captar el paso de la especie por el espacio protegido del alto Nalón. Pero no hubo suerte y no llegaron a localizar ningún plantígrado. La iniciativa se presentó acompañada de un plan de recuperación del entorno, que incluyó plantaciones de frutales en zonas de montaña. La plantación de frutales es muy importante para la recuperación de la especie. Por dos motivos: sirven para dar cobijo a los osos y permitirles un mayor movilidad, y las frutas les sirven de alimento para prepararse para su hibernación.

Pero la presencia del oso en Redes es cada vez más clara. Hay abundantes avistamientos, e incluso, según los ganaderos de la zona, hace unos meses, un ejemplar se comió varias reses y animales salvajes. Denuncia que negaron las entidades conservacionistas: “Es imposible que un oso ataque con tal ferocidad. No es un depredador, come para alimentarse”, explicaron. Pero los productores aseguran que llegaron a verlo. Lo bautizaron como “el oso llocu”. Aunque con daños, la llegada del oso a Redes sería una muy buena noticia para la recuperación de la especie. Es el único hito que queda por cumplir en las cuencas mineras.

El corredor interpoblacional es el territorio que une las subpoblaciones de oso pardo en Oriente y Occidente. Incluye los municipios asturianos de Aller y Lena y, desde hace unos años, ha recuperado el tránsito de la especie. Hicieron falta varios proyectos europeos, que abanderó la Fundación Oso Pardo, para empezar a ver los resultados. Estas iniciativas, una de ellas galardonada por la Unión Europea, incluyeron trabajos como la plantación de árboles y el reparto de pastores eléctricos entre los apicultores. También trabajaron en la concienciación de los escolares y de colectivos sensibles a la recuperación de la especie: cazadores y ganaderos, entre otros.

A medida que aumentaba el tránsito de ejemplares, también aumentaban los anuncios de avistamientos. Tanto, que casi han dejado de ser anécdota. En la vertiente lenense del parque natural de las Ubiñas-La Mesa, han confirmado ya desde el Principado, hay población asentada. Es decir, osas que se han establecido en el lugar con sus crías. También en Aller hay más “trajín” de la especie aunque, por el momento, la Guardería del Principado no ha informado de la presencia de núcleos familiares de osos. “Podría producirse en cualquier momento, porque cada vez hay más osos”, afirmaron ayer fuentes del colectivo de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) en la comarca del Caudal. Una entidad que se ha mostrado siempre sensible con la recuperación de la especie, pero que pide al Principado que no genere “otra guerra como la del lobo”. Para evitarlo, por el momento, su única reclamación es que los daños que causen los osos sean confirmados con profesionalidad y pagados a los productores en tiempo y forma.

Esa es la otra cara, la más difícil de sostener para el sector primario, de la vuelta del oso. El último ataque se produjo a una ganadería en Lena, con dos terneros muertos. “Hay que recordar que no es un peluche”, avisan los ganaderos.

Los planes

  1. Plantaciones. Durante los últimos años, se han realizado plantaciones en las Cuencas para mejorar el hábitat. Han dado fruto en Aller y Lena, donde hay más población.
  2. Vigilancia. Las cámaras eran un complemento que permitía seguir de cerca el avance de la especie. Se habían instalado en Redes y estaba previsto extenderlas a las Ubiñas. 

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