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El carbón ya es casi residual en la producción eléctrica en España: solo supuso el 2% en 2020

La demanda del mineral volvió a caer y se sitúa en mínimos históricos, ya que aún en 2015 generaba más del 20 por ciento de la energía

La central térmica de Lada, en proceso de cierre, y su subestación eléctrica.

El carbón sufrió el pasado 2020 otra fuerte caída como fuente de generación de energía en España: del 4,9 al 2%, lo que lo deja ya en un papel residual a nivel estatal. Una bajada drástica, que llega de la mano del final del sector de la extracción de minerales en las Cuencas. Aun así, en 2019, en Asturias, aun fue la fuente de energía más demandada: casi en idéntica proporción que todas las energías renovables (eólica, solar y fotovoltaica, entre otras).

La caída es innegable, pero no la más dura que ha sufrido el carbón en los últimos años. En 2015, hace poco más de un lustro, la producción de energía que llegaba de las minas era de 5.564 kilowatios a la hora, frente a los menos de 2.000 en 2019. Este 2021 se volvió a consumir carbón en las térmicas, pero solo para dar apoyo a las renovables, de forma puntual, en lo más crudo del temporal “Filomena”.

Los datos que se fueron conociendo a lo largo del año ya apuntaban a mínimos históricos. Durante la crisis del covid-19, concretamente entre los meses de marzo y abril, la producción energética a través de este mineral ya se había reducido al 2 por ciento –una cifra muy similar a la que apunta el balance provisional del año–. Desde el cierre de las minas en España, la media se había ido reduciendo. El récord, hasta ahora, estaba en un 5 por ciento. Hace solo un lustro, alcanzaba casi el 20,3 por ciento.

Según explicaron desde Red Eléctrica de España, el mes de marzo fue de récord debido al confinamiento. De hecho, la emisión de gases de efecto invernadero asociada a la generación eléctrica fue la menor desde 2017. En este punto, Red Eléctrica destaca que, además de los efectos derivados de la crisis sanitaria del coronavirus, también jugaron un papel importante “las condiciones climatológicas afines a la entrada de producción renovable”.

El peso de las renovables, actualmente, es innegable. La energía eólica fue la primera fuente de producción durante el pasado mes de marzo (en plena crisis del covid-19), aportando el 26,6 por ciento. La siguió la nuclear, con un 24,6 por ciento. La hidráulica supuso una tasa del 14,8. “Son tres tecnologías limpias al frente de toda la estructura de generación”, destacaron desde el organismo energético.

La media de marzo “no es nada desdeñable”, informaron desde REE, aunque la primera semana fue la que marcó el ritmo del mes. “Las condiciones climatológicas de la primera semana fueron el aperitivo de lo que después sería un buen mes para la transición energética: durante estos días, el viento aportó entre el 29 y el 51% del total de producción diaria de nuestro país y con él, las energías renovables significaron el 59,5% del total de la generación eléctrica”, señalaron. Y añadieron: “Durante estos siete días, la energía libre de emisiones de gases de efecto invernadero se mantuvo en torno al 80% entre el domingo 1 y el sábado 7 de marzo”. “Solo 3 de los 31 días del mes, la generación libre de emisiones de CO2 equivalente fue inferior al 70 por ciento”, añaden en el balance.

El año siguió en la misma línea. Según el balance provisional del grupo eléctrico, la demanda total de energía en España fue de 250,4 teravatios a la hora (frente a los 260 teravatios de 2019). La principal fuente de generación de energía fue la nuclear (22%), seguida de cerca por la eólica (21%) y por los ciclos combinados (17%). La hidráulica y la cogeneración fueron la cuarta y la quinta fuente más demandada, respectivamente (11,9% y 10%). La solar fotovoltaica alcanzó un 6,1 por ciento y es la energía cuya demanda más creció en 2020: un cincuenta por ciento, con un 3% en 2019. El carbón es la que más ha caído (en un 60%), seguida por el ciclo combinado: en 2020, había supuesto un porcentaje total del 21,2%.

  • El carbón. El producción eléctrica con carbón sufrió una drástica caída durante 2020 y se quedó en una tasa casi residual: un 2% del total de la energía demandada, que alcanzó los 240 teravatios a la hora.
  • Las renovables. Las renovables cogen el pulso y se quedan entre las más demandadas. Aunque la generación de energía estuvo encabezada por la nuclear, la siguió muy de cerca la eólica, con un 21 por ciento de la generación total.
  • Covid-19. La emisión de gases de efecto invernadero, durante el confinamiento, fue la menor desde 2017. Al “parón” de actividad se sumó una meteorología favorable para el consumo de renovables. 


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