Los ganaderos alleranos con reses en el puerto de San Isidro han dicho “basta”. Responsables del sector mantuvieron ayer un encuentro con el alcalde de Aller, Juan Carlos Iglesias, y miembros del COAG para tratar la polémica que ha surgido con León de cara a la próxima temporada de pastos. La Junta de Castilla y León exige, en base a la normativa europea, que las reses de comunidades limítrofes estén saneadas con un máximo de treinta días de antelación. Extremo que aceptan los ganaderos. Pero hay otra norma en San Isidro que no están dispuestos a cumplir: las reses asturianas se separarían de las vacas de León con un cierre.

“El problema es que nuestras reses estarían en una zona sin apenas pasto. Y no hablamos de una ganadería menor, son más de mil cabezas”, afirmaron portavoces del sector primario. Cuentan en su reclamación con el apoyo del gobierno local (PSOE), que informará a la oposición y emprenderá contactos con la junta vecinal y los responsables municipales de Lillo. Afirman los ganaderos que el acuerdo inicial para esta temporada de pastos no incluye ese cierre: “Es injusto y dificulta nuestra labor”, clamaron.

La polémica por el saneamiento, que efectuará el Principado, se extiende a otros dos municipios en la comarca: Lena y Mieres. En este último es una problemática sensible que se suma a la histórica “guerra de pastos” en Puerto Pinos, en Babia (León).