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Los pescadores estudian medidas para evitar que los Alfilorios quede sin truchas

El éxito del nuevo aprovechamiento lúdico merma notablemente la población de peces tras dos veranos de intensa actividad deportiva

El embalse de los Alfilorios, este verano, con un viejo cartel de vedado. | D. M.

La segunda temporada estival de pesca en el embalse de los Alfilorios está resultando un éxito. Durante los meses de julio y agosto se han cubierto prácticamente todas las reservas del coto, con cinco cañas permitidas al día y seis capturas como máximo por cada practicante. Como habrían previsto los pescadores, la demanda es alta y el atractivo del enclave morciniego entre los aficionados está ratificado. El problema es que la inicialmente nutrida colonia de truchas existente en el pantano se ha visto notablemente mermada, con un desgaste mucho mayor del inicialmente previsto. De esta forma, las asociaciones de pesca han sido la primeras en asumirla necesidad de tomar medidas para evitar que la población de truchas acabe esquilmada, algo que según afirmar podría acontecer en un par de años si no se pone remedio a la actual situación.

“La apertura a la pesca ha sido un gran éxito, pero tras dos años de actividad ya se percibe que la población de trucha ha caída de manera muy apreciable y debemos tomar medidas”, explica Ignacio Fernández Cerra, representante a nivel comarcal de la Asturiana de Pesca. Los pescadores fueron, con el apoyo del Ayuntamiento de Morcín, quienes batallaron durante años por el permiso de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) para la transformación en coto del embalse, autorización que llegó el año pasado. Ahora, son los propios pescadores los que asumen la necesidad de abordar iniciativas que proteger este enclave como espacios deportivo. “Pretendemos reunirnos con la guardería para analizar medidas que permitan preservar la colonia de truchas, manteniendo una población estable”, explican los aficionados.

Los pescadores están dispuestos a estudiar medidas como la apertura de periodos de pesca sin muerte para favorecer la repoblación. “Uno de los inconvenientes que conlleva el mantenimiento de la población de truchas en embalses de este tipo es que las repoblaciones no se pueden abordar con alevines, ya que los ejemplares mayores ejercen de depredadores”, apunta Fernández Cerra. Las asociaciones pretenden seguir soltando alevines en el río Barrera, del que nace el embalse, pero subrayan que serán necesarias actuaciones complementarios para mantener la población de truchas.

Los pescadores quieren dejar claro que su principal prioridad es la protección del ecosistema. De hecho, antes del verano ya rechazaron la propuesta del Ayuntamiento de Morcín para la ampliación del número de cañas disponibles en el coto truchero, medida surgida para dar respuesta a la alta demanda suscitada entre los aficionados. “Si metemos muchas cañas al final la trucha se acaba, porque es un sitio cerrado”, sostienen los federativos. Los pescadores apuntan que lo ideal sería disponer de grandes balsas donde criar las truchas antes de suelta, pero asumen que el proyecto sería costoso.

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