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Conchita Casal Hermana de Tino Casal, al que se le dedica una exposición en Langreo

“Tino era único, podía coger un enchufe y transformarlo en cualquier otra cosa”

“Mi hermano era una muy conservador en casa, teníamos mucha unión, pero él salía y en su vida artística era completamente diferente”

Conchita Casal, junto a una fotografía de su hermano en exposición que tiene en Langreo. | Luisma Murias

Hace unos días, Conchita y Maritina Casal, hermanas de Tino Casal, visitaron la exposición “Sin Fronteras” que se expone en la Casa de Los Alberti de Ciaño hasta el día 17 de octubre. Era la segunda vez que veían una muestra relacionada con su hermano –la primera fue en el Museo del Traje de Madrid– y tuvieron la oportunidad de conocer a una de las mayores fans de su hermano, una niña de sólo 10 años, Victoria García, quien aseguró que conocer a las hermanas del artista había sido “el mejor día de mi vida”. La muestra coincide con el treinta aniversario de la muerte en accidente de Tino Casal, con lo que se convierte en el mejor de los homenajes posibles.

–¿Qué le ha parecido esta exposición monográfica sobre su hermano?

–No tiene nada que ver con la del Museo del Traje, era otra sala, otros profesionales, pero fue una maravilla, en cuanto a “Sin Fronteras”, me parece que está muy bien, aunque Javier –por Javier Grela, de Casvali, comisario de la muestra que se expone en Ciaño– necesita empapar más el personaje. Yo lo que quiero es que la gente conozca la obra de mi hermano y sus cosas.

–La exposición da cuenta de que Tino Casal era mucho más que un cantante o un músico, era escultor, pintor, modisto y hasta artesano joyero.

–No es porque fuese mi hermano, pero tenía una cabeza muy bien puesta. Nadie se puede imaginar lo que él trabajaba y lo que le daba la cabeza. Era una persona que de cualquier cosa hacía algo positivo y, podía coger un enchufe o cualquier otra cosa, y la transformaba, la adornaba de tal manera, que era totalmente diferente a como lo podía tener cualquier otra persona, la verdad es que no sé cómo explicarlo, pero en su casa todo era diferente.

–¿Había mucha diferencia entre el Tino Casal que se mostraba en público y el de casa?

–En casa era muy conservador, teníamos mucha unión y la misma vida. Ahora bien, él salía y su vida artística era completamente diferente. Nosotros también perdimos mucho tiempo de su vida porque al estar fuera, primero en Londres y después en Madrid, pues bueno, pero recuerdo ir a su casa de Madrid y era como si fueras a otro mundo, era completamente diferente todo, y entonces comprendías su imagen y que vivía para la música y todas las cosas que le gustaban. Profesionalmente era superior, y después el trato con el resto de la gente, pues me imagino que con los amigos sería como era con su familia. Pero después tenía esa otra parte de su vida, su mundo artístico, donde era increíble.

–Han pasado treinta años de su fallecimiento y todavía tiene muchos fans, algunos después de su muerte.

–Recuerdo cuando inauguramos la estatua que tiene en Oviedo y se me acercó un chaval de Buenos Aires, me abrazó y me explicó que formaba parte de un grupo de gente metido en la música que acaba de conocer a Tino Casal, y yo me dije, imposible que hayan descubierto el personaje después de tantos años, pero que sí, que eran muy seguidores de él y de su imagen, y que estaban obsesionados, con su música, su figura, y que querían saberlo todo de él. Yo como no entiendo lo de las redes, conmigo no se pueden comunicar, pero me dijo que tienen mucha gente aquí con la que trataban y que les permitían seguir conociendo al personaje, y es que Tino Casal es único.

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