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Hunosa abre las puertas de la historia de la minería del carbón en Asturias

La compañía inicia las visitas al Archivo Histórico, donde se muestran documentos y objetos recuperados de las explotaciones

El “Árbol de la hulla”, ubicado en la sala de fondos documentales. | Juan Plaza

En los primeros años del sigo XX, la firma Duro y Cía. decide poner en marcha en el distrito langreano de Sama su primer pozo vertical. Se trata del pozo Nalona, que en los años veinte pasaría a denominarse pozo Fondón. En 1967, la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera incorpora sus activos mineros a la empresa estatal Hunosa, incluyendo este pozo, que mantuvo su actividad extractiva hasta 1995. Pero la compañía estatal nunca abandonó el pozo, sino que lo aprovechó para nuevos usos, entre ellos albergar el Archivo Histórico de Hunosa. Unas instalaciones que hasta ahora solo despertaban la atención de investigadores interesados en lo concerniente a la minería, pero que desde la próxima semana podrán ser visitadas por el público en general, abriéndose espacios que hasta ahora pocos conocían.

“No es un museo, sino que es un elemento más de los recursos turísticos vinculados al patrimonio industrial”, cuenta Gustavo Martínez Pañeda, director de comunicación de Hunosa, del que depende el Archivo. Y es que, según comenta, “se trata de unas instalaciones mineras que reúnen unas condiciones óptimas para ser visitadas y conocer la historia de la minería del carbón”. Por un lado, “tenemos la parte cultural con el Archivo Histórico, tanto para consultas como zona de exposición; la estación central de la Brigada de Salvamento Minero –instalada en el pozo Fondón desde hace 100 años– como cuerpo de rescate de referencia tanto en minería como en cualquier espacio confinado y atmósferas irrespirables, y ahora una central de geotermia como ejemplo de la transición ecológica”.

Una de las locomotoras que serán restauradas y funcionales. | Juan Plaza

La visita comienza en el edificio de las antiguas oficinas y lampistería, donde se encuentra la sala principal de exposiciones y la sala de fondos documentales. La primera cuenta con varias mesas y armarios, muebles recuperados de las antiguas explotaciones, donde se muestra parte de la documentación histórica atesorada. Y es que el archivo cuenta con los fondos documentales de las antiguas empresas mineras que fueron adquiridas en 1967 por el Estado, integrándose en Hunosa. Entre las firmas, la citada Duro y Cía., pero también Compañía de Asturias, Herrero Hermanos-Carbones de Santa Ana, Unión Hullera, Joaquín Velasco, Felgueroso Hermanos, la Sociedad Hullera Española, Hulleras de Turón y Fábrica de Mieres, que son historia de la minería del carbón entre los siglos XIX y XX.

En la sala se muestran proyectos técnicos, catálogos, acciones, sellos, libros copiadores de cartas, telegramas, facturas, libros de cuentas, libros de registro, reglamentos y hasta expedientes personales. También, y como novedad del archivo –que hasta ahora solo albergaba documentos–, se han añadido objetos como máquinas de escribir y calculadoras antiguas, brújulas de mina y niveles, entre otros elementos de trabajo.

El interior de la sala de máquinas que ahora alberga la planoteca. | Juan Plaza

Una curiosidad de esta sala es la referencia al “Saurio del Fondón”, que narra una historia ocurrida en el año 1993 cuando durante la realización de unos trabajos para ubicar un ventilador en el pozo se produjo el hallazgo de un fósil –un supuesto reptil– del que se dio parte al entonces director facultativo del pozo, Pedro Laine. Los ingenieros de minas Ignacio Patac y Pérez-Herte estudiaron los restos hallados concluyendo que podría tratarse de un saurio del Carbonífero, pero finalmente no pudo ser probado. En la sala se muestra una fotografía del fósil encontrado junto a unos dibujos sobre el supuesto saurio.

En la sala de fondos documentales se ha recreado un antiguo despacho, pero lo más destacado es el impresionante mosaico “Árbol de la hulla”. Fue donado por el antiguo Instituto Nacional de Industria a Hunosa y muestra las múltiples utilidades del carbón, tanto como combustible como los usos derivados de su transformación. Acaba de ser restaurado, ya que se encontraba en muy mal estado de conservación. Aquí también se puede observar una antigua centralita telefónica, un cristal donde se anotaba la situación de los barcos en los puertos y hasta una fotocopiadora con manivela. Se encuentra, además, un estudio estatigráfico que da cuenta de la descripción y secuencia, tanto vertical como horizontal, de las rocas estratificadas de la cuenca central asturiana. Data de 1926 y fue realizado por el ingeniero Luis Adaro y Magro.

El piso superior de la sala de máquinas. | Juan Plaza

Otro de los inmuebles que se abren ahora a las visitas es el edificio de la fragua, que fue restaurado en los años 90 por una escuela taller de la Fundación Comarcas Mineras (Fucomi) y que ha sido recuperado ahora para los visitantes. Esta instalación fue proyectada en 1926 para albergar la fragua y un taller mecánico. Ahora, el edificio acoge el fondo de utillaje, herramientas y pequeños aparatos procedentes de distintas explotaciones mineras. Está organizado teniendo en cuenta su función y evolución a lo largo de los años. Así, se muestran detonadores, cascos y lámparas, autorrescatadores, medidores de gases, genéfonos, extintores y otros utensilios mineros. Aquí es donde se da cuenta de uno de los principales cambios del Archivo Histórico, cuyo equipo “ha pasado de recoger solamente documentos de los pozos cerrados a recuperar e inventariar objetos como parte esencial del patrimonio histórico”.

El último de los inmuebles visitables es la casa de máquinas, convertida en planoteca. Al igual que la fragua, también fue restaurada en los años 90 por Fucomi para acoger la planoteca, pero la aparición de humedades motivó que se dejara de usar. Ahora se ha recuperado nuevamente como planoteca, compartiendo en este espacio tanto los planos –actualmente el fondo de planos del Archivo Histórico de Hunosa suma unos 220.000 ejemplares–, como documentos del departamento de geología y la propia maquinaria de extracción.

La explanada del pozo, con el castillete. | Juan Plaza

Ya en la parte exterior del pozo Fondón también se ha acondicionado el entorno, que protagoniza una escultura de Manuel Fernández Felgueroso, presidente de Hunosa entre 1976 y 1983 y anteriormente ingeniero jefe en el pozo, cuyas cenizas reposan en el interior de la explotación. Allí también se encuentran dos locomotoras que, como apunta Martínez Pañeda, “van a ser restauradas e, incluso, serán funcionales”. Esto supondrá un atractivo más para la visita que se complementará con una explicación sobre la centenaria Brigada de Salvamento Minero y el desarrollo de la geotermia en el pozo. La geotermia es el aprovechamiento del agua del pozo para desarrollar una red de calor que pueda abastecer a otros inmuebles. En el pozo Fondón, el sistema está ubicado en los pabellones de embarque, donde se encuentra el castillete del pozo. Esto también es destacado en la visita, ya que se trata de un moderno edificio proyectado por el arquitecto langreano Juan José Suárez Aller y en el que destacan los mosaicos decorativos en el remate superior del frente de las tres naves, obra del artista Luis Suco Suárez.

La visita al Archivo Histórico será un complemento para al resto de elementos visitables del patrimonio industrial de las Cuencas, como el pozo Sotón de El Entrego y el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería de Hunosa. Pero también el Ecomuseo Minero de Samuño, en Ciaño, y el Museo de la Minería (Mumi) de El Entrego, logrando una inmersión total en el mundo de la minería.

La instalación de geotermia. | Juan Plaza

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