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LAS CUENCAS QUE FUNCIONAN

Así es la empresa donde se reciclan todos los neumáticos usados de Asturias

Esta empresa familiar de Riaño se deshace de 6.000 toneladas de ruedas al año, unos 3.000 neumáticos al día

Rubén Moya junto una pila de neumáticos triturados MIKI LOPEZ

La familia de Rubén Moya siempre se había dedicado a la gestión y reciclado de residuos, tenían una fundición de aluminio en Gijón y cuando una normativa europea marcó que había que mejorar la gestión de los neumáticos que habían llegado al fin de su vida útil, el gijonés lo vio claro y decidió montar su propia empresa especializada en la “valorización ambiental” de estos productos. Era el año 2002 y poco después, en 2005, un Real Decreto obliga a reciclar los neumáticos fuera de uso.

Ángel Gabarri y Manuel Gabarre, inspeccionando neumáticos Miki López

Así nació Gescometal 2002, una empresa instalada en el polígono industrial Riaño III, en Langreo, que se encarga de la gestión de todos los neumáticos usados de Asturias. Hasta esta nave de 9.000 metros cuadrados en la margen izquierda del Nalón llegan todos los neumáticos usados en el Principado, es el único lugar homologado, certificado y autorizado para su gestión.

Rubén Moya muestra granalla de cobre Miki López

Así que Rubén Moya y dos decenas de empleados se hacen cargo de 6.000 toneladas de ruedas al año, unos 3.000 neumáticos al día que ya no se pueden usar en España y que allí reciben el tratamiento adecuado, o bien su destrucción o su redistribución.

La mayor parte de las gomas se trituran. En ese proceso de triturado, se separan y reciclan los distintos materiales del neumático con fines energéticos. En una explanada de la empresa se observa una gran montaña de trozos de neumático, son esas ruedas trituradas “y en su mayor parte se utiliza como combustible en grandes fábricas como la cementera de Tudela Veguín”, explica Rubén Moya, que precisa que “quemar este material es mucho menos contaminante que el coque de petróleo que utilizan habitualmente las grandes empresas”.

El proceso es sencillo. Un usuario llega con su vehículo a un taller para cambiar las ruedas de su coche, el mecánico hace su trabajo y lógicamente el conductor no se lleva las ruedas viejas, así que es el propio taller el responsable de darles un destino adecuado a la normativa. Al igual con otros elementos como el aceite del motor o las baterías, el taller está obligado a una gestión de esos residuos y el único posible en Asturias es Gescometal 2002. “Nosotros no pagamos por los neumáticos, al contrario, son los talleres los que nos pagan a nosotros por hacernos cargo de ese residuo”, detalla el empresario.

Explanada exterior de la empresa con las torres de neumáticos Miki López

Una vez que llegan a la nave de Riaño, los neumáticos son inspeccionados por los operarios. Hay dos destinos posibles, o su reutilización o su destrucción.

En el interior de la nave del polígono Riaño III, Ángel Gabarri y Manuel Gabarre observan con detenimiento una pila de ruedas, las cogen una a una y las examinan en detalle, primero visualmente y luego al tacto. Comprueban su estado de deterioro, si están o no muy gastadas o si presentan alguna raja, bollo o deterioro apreciable. Si consideran que los neumáticos aún tiene vida útil los separan.

“Exportamos a terceros países, principalmente africanos como Marruecos o Senegal, también algunos centroamericanos”, interviene el responsable de la empresa. Las normativas son distintas en España y en esos países así que los neumáticos que en nuestro país no se podrían usar sí pueden rodar perfectamente en otros lugares. También hay muchos neumáticos que podrían seguir utilizándose en España, no han llegado a su uso límite pero el propietario del vehículo ha decidido cambiarlos por alguna razón.

Los neumáticos que no se pueden exportar se reciclan. De ese triturado surgen en piezas de pocos centímetros que son utilizadas, bien como combustible, bien para un tratamiento que posteriormente proporciona materiales para la fabricación de pistas deportivas, losetas de caucho, como protecciones en los diques de los puertos o los parques infantiles y para la fabricación de asfaltos especiales, entre otras utilidades. Precisamente Gescometal 2002 fue, en su día, la encargada de fabricar el césped artificial del campo de fútbol del Unión Popular de Langreo, el campo de Ganzábal. Para ello hubo que reciclar alrededor de 23.000 neumáticos usados. De la carretera a la cancha de juego.

La empresa no se dedica exclusivamente a los neumáticos sino que está certificada para el reciclaje de otros materiales como el zinc, el cobre, el acero inoxidable, el latón, el bronce y el aluminio. Del cableado de cobre, tan valorado en muchos sectores, en Gescometal, mediante un proceso de nuevo de trituración y separación por aire e imanes, se fabrica granalla de cobre, un polvo durado que es cobre nuevo y que venden principalmente en España y China.

Gescometal 2002 y sus dos decenas de trabajadores se encargan de que el proceso de los neumáticos ruede de forma adecuada. Ellos se encargan de su reciclaje, algo que ha tenido que hacer también la propia empresa cuando tuvo que enfrentarse en el pasado a un concurso voluntario de acreedores que logró superar.

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