El concurso de ideas que organiza la Escuela Politécnica de Mieres en colaboración con el Ayuntamiento ha dado un paso de gigante en su cuarta edición. El certamen internacional, que este año busca un proyecto para diseñar un mirador en una carretera del concejo de Mieres que pueda tener valor paisajístico, ha llamado la atención de la Universidad Autónoma de México. Y es que una asignatura de las que se imparten en este centro universitario utilizará el concurso mierense como un trabajo de clase. Esto garantizará, además, la participación de un buen número de alumnos mexicanos.
El coordinador del máster en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de Mieres, Pedro Plasencia, responsable del concurso, destacó este hecho como algo “muy enriquecedor”. Explica también que, después de cuatro años, “supone la consolidación del certamen”. Tal y como explicó, en esta ocasión se pide “el diseño de un mirador de uso turístico como complemento de una carretera considerada panorámica, histórica o patrimonial dentro del municipio de Mieres”. Eso sí, el proyecto debe de seguir algunas reglas y, como mínimo, tener varios elementos. Así, se debe incluir un lugar de observación (punto, pasarela, plataforma), un edificio o espacio techado para incluir una tienda, aseos, cafetería y zona de personal. Y un aparcamiento para diez coches, dos autobuses y cinco autocaravanas. Las propuestas para este certamen en el que también colaboran las empresas Vectio y Boprisa, y el colegio de Caminos pueden presentarse hasta el 15 de mayo.
En su edición pasada, el concurso tenía como objetivo el proyecto de un tren turístico. El trabajo elegido fue la recuperación del sanatorio de Bustiello como estación para este futuro ferrocarril. El proyecto, denominado “Una vía hacia el pasado”, estaba firmado por Beatriz Flórez e Irene Méndez, estudiantes de Mieres. En total, se recibieron catorce propuestas, en su mayoría del propio campus de Mieres, menos una que llegó de la Universidad de Castilla-La Mancha. De hecho, uno de los dos terceros premios que se entregaron fue para esa universidad.
En anteriores ediciones, el concurso también propuso el desarrollo de un carril bici. El reto era articular una ruta que atravesase la ciudad de norte a sur. Un “paseo” de 3 kilómetros que debía integrar por completo la ciudad y “revitalice” el entorno urbano. La ganadora del certamen en aquella ocasión fue Marina Giribaldi, estudiante de Arquitectura, Diseño y Urbanismo en Buenos Aires (Argentina). Un año antes se pidieron ideas para eliminar la barrera que suponen la autovía y las vías del tren.
