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Un proyecto de cincuenta años

La puesta en marcha de una minicentral hidroeléctrica en Rioseco fue concebida cuando se construyó la presa, aunque se ejecutará ahora

La presa de Rioseco. Juan Plaza

El proyecto de una minicentral hidroeléctrica en la presa de Rioseco, que se prevé pueda estar operativa a mediados del próximo año, ya fue concebido hace más de 50 años. Y aunque hubo un intento en todos estos años de poner en marcha la iniciativa finalmente no prosperó y quedó en suspenso.

Cuando se elaboró el proyecto de la presa coyana, cuyas obras se iniciaron en 1971, se pretendía realizar el aprovechamiento hidroeléctrico, para lo que se habilitaron las compuertas y tuberías de toma de agua para una futura central. En 1994, la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (entonces del Norte) aprobó el pliego de bases de un concurso para la concesión y explotación del aprovechamiento hidroeléctrico de la presa del embalse de Rioseco.

Entonces no solo se adjudicó, además se realizaron los primeros trámites de un proyecto sobre el que se llegó a formular declaración de impacto ambiental favorable la Secretaría de Estado de Cambio Climático en 2009. Pero la iniciativa quedó paralizada. Las razones para ello, explica EDP en el proyecto presentado ante la Confederación Hidrográfica, se encuentran en que los cambios normativos hicieron que dejase de ser económicamente viable.

Para volver a relanzarlo era necesario que “o bien las condiciones tecnológicas permitían un abaratamiento de los costes de la inversión o bien surgían nuevos estímulos económicos” para que el proyecto fuese viable. La iniciativa, que dispone de 1,6 millones de euros de fondos Feder, se volvió a relanzar.

La sociedad Ceprastur, participada en un 95 por ciento por EDP y en el 5 por ciento restante por el Ayuntamiento de Sobrescobio, promueve el proyecto, en el que se invertirán cuatro millones de euros. Producirá energía suficiente para satisfacer el consumo anual de 2.000 hogares y su plazo de ejecución es de un año.

El proyecto tiene por objetivo la producción de energía eléctrica a partir del aprovechamiento de la energía potencial del caudal ecológico de agua obligado a restituir al río así como de una parte del caudal aliviado en la presa existente, mediante la construcción de una central hidroeléctrica de pie de presa. La tramitación de la iniciativa continúa y aguarda ahora por el análisis de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico.

Del presupuesto total de la actuación, la mayor cuantía se destinará a los equipos que se tienen que instalar, con 2,2 millones de euros. Para la obra civil se aportarán 1,4 millones de euros. Se colocarán dos turbinas de 3,5 megavatios, para generar hasta un 7.200 megavatios/hora/año. El edificio de la central será independiente de la presa y se “armonizará” con el entorno.

En 1971 se iniciaron las obras de la infraestructura que constituiría el sistema básico del futuro desarrollo del abastecimiento de agua a la zona central de la región, que entraron parcialmente en servicio en 1982. En esta primera fase de obras se incluyeron las presas de Rioseco y Tanes. Cuando se elaboró el proyecto de la primera de ellas ya se contó con un posterior aprovechamiento hidroeléctrico.

El proyecto refleja que los trabajos no supondrán ningún tipo de afección sobre el nivel del embalse ni al funcionamiento de la estación de tratamiento de agua del Consorcio de Aguas de Asturias. También prevé la coordinación con esta entidad para evitar la interferencia en la demolición de las antiguas instalaciones de la piscifactoría.

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