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Asun Cámara | Exdirectora de la Escuela Politécnica de Mieres, pregonará las fiestas de San Xuan

Asun Cámara, exdirectora de la Politécnica de Mieres: “Trasladar Minas a Barredo era necesario, solo traerá cosas positivas”

“La unificación no va a ser fácil, tendrá que haber mucho diálogo, pero con el paso de los años todos veremos que ha merecido la pena”

Asun Cámara, exdirectora de la Escuela Politécnica de Mieres. Asun Cámara, directora de la Politécnica de Mieres, junto al galardón a la Excelencia de la Mujer en la Ingeniería. | Vivas

Tras estar casi una década al frente de la Escuela Politécnica de Mieres como directora, Asun Cámara (Madrid, 1967) se enfrentará dentro de unos días a un nuevo reto: ser la pregonera de las fiestas de San Xuan de Mieres, que recuperan la total normalidad tras la pandemia. Aprovechando este honor, Cámara hace un repaso de su carrera profesional en el campus de Mieres.

–¿Qué supone para usted ser pregonera de San Xuan?

–Supone la confirmación de que el vínculo que tengo con Mieres es real. Y que ha habido una simbiosis perfecta durante todos estos años en los que he estado en la dirección de la escuela.

–¿Qué dirá a los mierenses el próximo día 17?

–Para mí es un reto, porque lo normal es que el pregonero sea alguien que haya nacido en el sitio y yo no tengo recuerdos de los que hablar. Lo mío es una historia de hace dos días, así que estoy intentando centrarlo en cómo ha sido el conocimiento del entorno que me ha acogido profesionalmente, cómo me cambió la vida, lo que he aprendido y cómo me ha enriquecido personalmente. Mieres me lo ha dado todo profesionalmente y yo solo tengo agradecimiento para las Cuencas, Mieres y la Universidad de Oviedo. También explicaré cuál ha sido mi aportación como directora. Y como investigadora también, buscando cómo podía ayudar con mi formación forestal al desarrollo de las comarcas mineras.

–Ha tenido mucho que aportar en aspectos como la transición energética y la descarbonización.

–En la escuela, en general, hay muchísimos investigadores que trabajan en las energías renovables, pero en mi caso en particular, y de una manera visionaria, ya empezamos en 2008 con los cultivos energéticos cuando todavía no se había empezado a hablar de transición energética. Creo que eso fue clave en el premio Talgo a la Excelencia de la Mujer en la Ingeniería. Esa actitud pionera, trabajar en algo que ahora está de plena actualidad e intentando generar riqueza en el ámbito de las Cuencas dentro del entorno forestal.

–Hablando de premios, ¿el pregón de San Xuan no será el único reconocimiento que reciba este mes, verdad?

–Pues no, el día 18 me voy hasta Santiago de Compostela invitada por el Consejo de Colegios de Ingenieros Técnicos de Minas que celebra allí su asamblea anual y donde me entregarán una mención de honor como reconocimiento al compromiso con la profesión de Ingeniero Técnico de Minas a lo largo de mi trayectoria como directora.

–¿Considera que ha defendido todas las titulaciones de la escuela?

–Así es. De hecho tuve la grandísima suerte de que en la conferencia de Ingeniería Civil, cuando se constituyó, me propusieran para ser presidenta. Lo primero que dije es que no era lo más oportuno porque no era ingeniera civil ni de caminos, pero todos llegaron a la conclusión de que tenía mucha implicación y dominio de las ingenierías a nivel general. Y me eligieron por unanimidad. También me ocurrió en mi ámbito. Los ingenieros forestales me reconocieron el trabajo con una mención de honor en 2018. Siempre he buscado la representación de todos los grados en el equipo de dirección de la escuela, que todo el mundo se sintiese implicado porque somos una escuela politécnica y era fundamental que todo el mundo se viese reflejado.

–Al final han pasado nueve años y medio, ¿esperaba estar tanto tiempo al frente de la escuela?

–No, porque mi previsión era que en 2020 íbamos a tener elecciones. Y llegamos cansados, porque dos mandatos tan intensos cansan mucho y se necesita un relevo. Pero llegó la pandemia y nos obligó a posponer dos años estos comicios, unos años que han sido de gestionar algo desconocido y de mucha intensidad, además de no contar con ninguna capacidad creativa porque te estás yendo, aunque no sabes cuándo. Han sido unos años muy agotadores.

–¿Qué destacaría de sus años como directora?

–Pues algo que ha costado mucho trabajo ha sido lograr la línea de transporte con Gijón. Parece una tontería pero fue un mérito de la dirección que he liderado, porque tampoco me puedo olvidar del resto del equipo que ha trabajado mucho también. Nadie apostaba por este autobús. Era imposible dirigirse al Principado, no te escuchaban, decían que no era rentable. Y ahora tenemos el autobús lleno con un recorrido que une ambas ciudades en media hora. Queda pendiente una línea con la cuenca del Nalón, pero no dio tiempo.

–¿Algo más?

–Destacaría la consecución del máster de Caminos porque fue un proceso muy largo. Primero con la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad Académica (Aneca), que no acabábamos de tener el visto bueno. A veces por cosas peregrinas. Y también apreciamos que había un cierto elitismo. No había intención de que hubiera más escuelas de Caminos, pero los dejamos sin argumentos. Además, encontramos resistencia por parte de la propia Universidad, cuando estaba en el programa electoral de los rectores. Así que fue un momento difícil, pero al final llegamos a un buen entendimiento y el máster está funcionando muy bien. Y fue un hito, porque hasta entonces, la escuela era el único centro de la Universidad de Oviedo que no tenía un titulo de postgrado habilitante, que es algo importante porque hace que tengas alumnos que pueden seguir sus estudios de doctorado, que se incorporen a la escuela como profesores o que hagan investigación.

–También se puso en marcha el primer programa de doctorado.

–Sí, es un mérito común en el que trabajamos varias personas para conseguir un programa de doctorado diferente, ya que no teníamos departamento y había que buscar otra manera para que pudiera implantarse en el campus. Al final se adscribió al Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) y está funcionando muy bien. También está el doble grado de Ingeniería Civil y Minas, que solo hay dos en toda la Universidad de Oviedo y uno de ellos es el nuestro.

–¿Se le ha quedado algo en el tintero?

-El máster de Ingeniería de Montes. Teníamos hasta un borrador del programa, pero había otras prioridades y lo hemos dejado a un lado a pesar de que teníamos altas expectativas. El máster está aprobado en Comisión de Gobierno de la escuela y refrendado en la Junta de Escuela, así que queda pendiente para el siguiente equipo de dirección de la escuela o los que vengan. Y digo esto último porque al haber una más que previsible fusión de centros con la Escuela de Minas de Oviedo, eso va a hacer que la configuración del profesorado y alumnado sea distinta.

–¿Qué opina sobre la fusión, con el traslado de la Escuela de Minas a Mieres?

–Soy consecuente con lo que he dicho siempre, es lo mejor para la Universidad de Oviedo en general. Es una alternativa que era necesaria y solo va a traer cosas positivas. No va a ser fácil, especialmente para los equipos de dirección de ambos centros, tendrá que haber mucho diálogo y todos tendremos que poner de nuestra parte, pero con el paso de los años veremos todos que ha merecido la pena.

–El Colegio Oficial de Ingenieros Superiores de Minas ha alertado del peligro de desaparición de la titulación, ¿cree que eso es posible?

–¿Cómo va a desaparecer la titulación del máster de Minas si nuestros estudiantes de Minas ya tienen acceso a ese máster? La unificación va a suponer un ligero aumento de la matrícula que, en el caso de la Escuela Politécnica, no es mala. Tenemos una matrícula más que razonable. Así que mejorará algo, no la duplicará. Y son alumnos potenciales estudiantes del máster de Minas. Esa unificación de estudios en un mismo centro llevará a actualizar los planes de estudios, como ha pasado en el resto de titulaciones. Los tiempos cambian y hay que actualizarse. Es una oportunidad para revisar qué tenemos y hacer el encaje perfecto entre el grado y el máster. Y evitar la evasión de alumnos a otros másteres fuera de Asturias. Si estás en el mismo centro, es mucho más fácil. Además, las nuevas tecnologías tienen un impacto directo en nuestras titulaciones. Hay que actualizarse, ya lo hicimos antes en Geomática y Forestales y ahora solo queda pendiente Minas.

–Tras dejar la dirección, ¿qué tarea desarrolla ahora?

–Soy coordinadora del grupo de investigación de Gestión Inteligente de Bosques (SmartForest), que es un grupo acreditado recientemente en Aneca. Mi labor consiste en la organización del grupo.

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