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Biomedicina, antibacterias y piezas que viajan al espacio: así investiga el Centro de Nanotecnología de El Entrego

El equipamiento, que cuenta con 58 investigadores, cumple quince años desarrollando proyectos punteros a nivel mundial

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El centro CINN cumple 15 años

Al pie del castillete del Pozo Entrego, en San Martín del Rey Aurelio, un monolito recuerda a las decenas de mineros fallecidos en la explotación que cesó su actividad extractiva el 1 de marzo 1993. Al lado, un moderno edificio alberga en una de sus alas el Centro de Investigación en Nanomateriales y Nanotecnología (CINN) en el que actualmente trabajan 58 investigadores, 34 del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y 24 de la Universidad de Oviedo. Estas dos instituciones, junto al Principado, son quienes aportan financiación.

El pozo Entrego fue la primera mina vertical de la cuenca central asturiana y la segunda después de Arnao, una auténtica revolución a principios del siglo XX. Ahora, sobre sus galerías inundadas se levanta un centro pionero del que saldrán avances ahora insospechados en materiales para la misiones espaciales en Marte por poner un ejemplo. Es una de las líneas de investigación que explica Adolfo Fernández Valdés, director del centro. El CINN trabaja en el desarrollo de materiales "que deben ser resistentes, ligeros y con una dimensión térmica cercana a cero", es decir, que no se dilaten ni se contraigan con los enormes cambios de temperatura que hay en el espacio. "El futuro de la investigación espacial pasa por Marte", deja caer Fernández que añade que "muchos materiales que ahora utilizamos con asiduidad se desarrollaron en la industria aeroespacial".

Volvamos a la Tierra. Uno de los grandes retos de la humanidad es reducir el consumo de plásticos. En los supermercados vemos toneladas de recipientes plásticos. En El Entrego se busca paliar eso pero se da un paso más. La científica titular Belén Cabal muestra unos recipientes creados en el centro. Son biodegradables pero la investigación va más allá, los alimentos que se guarden en recipientes fabricados con ese material tienen mayor durabilidad.

En CINN está especializado en la investigación de materiales. De ahí sale la tecnología que se utiliza en el acelerador de partículas del CERN, la máquina más compleja del mundo. El material creado en El Entrego se utiliza en el revestimiento interno y es capaz de soportar el haz de luz que hay en el interior de la máquina, y más aún, es capaz de absorber su energía en caso de desviación evitando el daño en toda la estructura, algo que sería un desastre.

Y de nuevo a la Tierra. Los olivares de todo el Mediterráneo están afectados en los últimos años por la bacteria Xylella fastidiosa, que impide la circulación de la savia y seca las plantas. No hay tratamiento conocido y eso es lo que quiere encontrar el CINN dentro de sus investigaciones.

En el campo de la biomedicina, Adrián Alonso, director de innovación, muestra una prótesis de la cabeza de la cadera fabricada con los nanomateriales creados en el CINN. Son sustitutos óseos. "Cuando se pierde una porción de hueso el cuerpo tiende a unir los dos trozos de los lados pero hay un momento crítico que ya no lo hace y hay que operar. Normalmente lo que se hace es coger hueso de otra parte del cuerpo con lo que el paciente se debe someter a dos operaciones. Nosotros hacemos ese sustituto que se acaba integrando en la estructura ósea del paciente", explica Fernández Valdés. Siguiendo con el prefijo "nano" habla de nanotoxicología y nanopartículas, que podrían utilizarse en un futuro. En el CINN todo mira al futuro y a la aplicación real, para liberar medicamentos epigenéticos. La epigenética viene a decir, así por encima, que los genes pueden sufrir alteraciones por factores externos, aunque no se modifica la secuencia génica.

Epigenética

El grupo de epigenética y nanomedicina del CINN demostró que hacer deporte deja huella en el ADN de las células del cerebro. El futuro de la nanomedicina, con esas nanopartículas podría ser liberar medicamentos.

Daniel Barredo, investigador Ramón y Cajal, trabaja desde El Entrego con el Centre national de la recherche scientifique de París, en el que Alain Aspect ha logrado este año el Premio Nobel de Física. Barredo trabaja en lo mismo que el premiado, la tecnología cuántica. "Son impresionantes los estudios con átomos que hace el grupo de Daniel", asegura el director del Centro, "han llegado a un punto que casi logran que los átomos estén quietos", resume. La investigación cuántica está llamada a cambiar la tecnología tal y como la conocemos hoy. Por ahí va, por poner un ejemplo, la supercomputación. Los gigantescos ordenadores del futuro que almacenan miles y miles de millones de datos combinarán la física con la informática dentro de no demasiado tiempo.

Son solo algunos ejemplos de la investigación que se desarrolla mirando al castillete del pozo Entrego. Si las Cuencas fueron cabeza de la revolución industrial con la minería, ahora quieren serlo de la revolución científica.

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