Un "baño de sangre" por venganza: la fosa de Parasimón podría relacionarse con las primeras detenciones en pueblos alleranos "de izquierdas"

Boo, Casomera y Caborana, donde el Frente Popular ganó las elecciones de febrero de 1936, sufrieron arrestos grupales que terminaron con decenas de vecinos "paseados"

María Escalante, maestra de Casomera, fue una de las víctimas mortales

El equipo de Aranzadi trabajando en la fosa de Parasimón. | C. M. B.

El equipo de Aranzadi trabajando en la fosa de Parasimón. | C. M. B. / C. M. Basteiro

Se llamaba María Escalante y era maestra. Valiente, otra "rosa" como las trece asesinadas en Madrid. En 1937, la apresaron en Casomera (Aller). Sus verdugos le exigieron, pistola en mano, que gritara "Viva Cristo Rey". Ella se negó.

María tenía treinta años en el carné cuando la fusilaron, pero la vida le pesaba ya un siglo. Su familia, los Escalante de Casomera, sufrió una brutal represión. A su padre, viudo, le quitaron todos sus bienes. Un hermano murió en el frente, el otro fue fusilado el mismo día que ella. Descendientes de los Escalante, y de otras familias que estuvieron en el "punto de mira" tras la caída del Frente Norte, consideran que las fosas de Parasimón podrían estar relacionadas con las "detenciones grupales" que se sucedieron en el concejo en el mes de noviembre de 1937. Las localidades más afectadas por los "baños de sangre", como los denominaron relatos de la época, fueron Casomera, Boo y Caborana. Los tres pueblos en los que la izquierda ganó las elecciones de febrero de 1936.

La fosa de Parasimón estaría relacionada con las "detenciones grupales" en Aller

La fosa de Parasimón estaría relacionada con las "detenciones grupales" en Aller / C. M. Basteiro

Esta es una de las teorías que están sobre la mesa, pero lo cierto es que aún no hay nombres para las víctimas de Parasimón. Los dos enterramientos –denominados "Parasimón 1" y "Parasimón 2"– ya han sido exhumados, por un equipo de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y el trabajo continuará en el laboratorio. La Asociación Familiares y Amigos "Fosa Parasimón" está coordinando la recogida de datos de familiares de desaparecidos, en previsión de la posibilidad de realizar las pruebas de ADN.

Aún sin los nombres, ya tienen varias certezas. Es seguro que, en Parasimón, fueron enterradas veintiún personas. Doce estaban en la primera fosa, exhumada ya en 2018, y otras nueve en la segunda (que se terminó de exhumar el pasado jueves). El equipo de trabajo en el campo ha estado encabezado por Antxoka Martínez en el área arqueológica y Lourdes Herrasti para la investigación antropológica –ambos de la Sociedad Aranzadi–. Esta última campaña contó con financiación del Principado de Asturias y colaboración del Ayuntamiento de Lena. Recibió el respaldo y el impulso de la ya citada Asociación Amigos y Familiares "Fosa Parasimón", fundada por los descendientes de Luis Cienfuegos.

Este nombre es clave en la investigación. Fue la única víctima enterrada en Parasimón que reconoció un testigo de la época –Celesto García, vecino de Pajares ya fallecido–. Sabía de sobra su nombre, y reconocía su rostro, porque Luis Cienfuegos era natural del concejo de Lena. De hecho, se le conocía por el sobrenombre de "Parana" (su localidad natal, un pueblo próximo a Puente de los Fierros). Estaba viviendo en Aller, en la localidad de Santibáñez de Murias, por su matrimonio con Amadora. La mujer quedó viuda y tuvo que sacar adelante a cinco hijos.

Y ahora empieza a armarse el puzle. Es casi seguro, por lo que narran los testimonios, que las víctimas llegaron al puerto en un camión. A las familias les decían que habían sido trasladados a la cárcel de San Marcos, pero ese viaje casi nunca llegaba a destino. Si había un vecino de Aller en Parasimón, es probable –aunque no seguro– que todos los allí enterrados sean alleranos.

La otra clave de las indagaciones es la fecha en la que se produjeron los hechos. Se sabe que fue cercana a la caída del Frente Norte (20 de octubre), muy posiblemente en los primeros días de noviembre. Entre el 3 y el 5 de noviembre hubo "auténticos baños de sangre", según relatos de la época, en el concejo de Aller. En concreto, en los pueblos de Boo, Caborana y Casomera. Son las tres localidades en las que, en las elecciones del 16 de febrero de 1936, resultó ganador el Frente Popular.

Las elecciones

En Boo, la izquierda ganó por un margen de 52 votos (469 votos para el Frente Popular, 417 para Frente Nacional Contrarrevolucionario y ningún voto para la Falange). En Caborana, la izquierda prácticamente dobló a la derecha. De Casomera no se han conservado documentos. Sí se sabe, por los testimonios, que "fue la única localidad del Alto Aller en la que arrasó la izquierda".

Estos resultados electorales, según historiadores de la época, marcaron las acciones del bando sublevado tras la caída del Frente Norte. En el libro "La Represión Fascista en el Valle de Aller", en el que Manuel Fernández Trillo reflejó las biografías cedidas por familias del concejo, se contabilizan los asesinatos de quince vecinos del pueblo de Casomera –a los que se suman numerosas detenciones–. La mayoría se produjeron entre los días 3 y 5 de noviembre, cuando se sucedieron arrestos grupales. "Los relatos de la época afirman que los subían a los camiones a la fuerza y, desde allí, eran conducidos a la cárcel o directamente a los montes para ser ‘paseados’", apunta Ángel García.

Su familia, los Escalante, estaba "en el punto de mira". Manuel Escalante y Cesárea González tenían tres hijos. Francisco murió en combate, en 1936. También había participado en la revolución de octubre de 1934. A Manuel –que era cartero– "lo subieron a un camión" el 3 de noviembre y pudo ser asesinado ya el mismo día. La fecha de la muerte de María Escalante es el 4 de noviembre.

Esta mujer era muy apreciada y reconocida en el concejo. Estaba soltera y era una maestra entregada a la educación de sus alumnos. Junto a ella fue apresada otra joven del pueblo, de nombre Celsa, que fue finalmente liberada. La sometieron a castigos físicos y psicológicos, llegaron a ordenarle que barriera el pueblo de Casomera con el pelo rapado. Murió a los 28 años, se cree que por las graves secuelas de la represión.

Los testimonios sitúan el asesinato de María Escalante en Cabacheros, en Felechosa. Es por eso que, hasta ahora, se consideraba que también su hermano (Manuel) estaba en la fosa allerana. Aunque no hay ninguna prueba de que esta localización sea precisa. "No descartamos que alguna de las víctimas que creíamos localizadas en la fosa de Cabacheros (que fue exhumada en 2009) se encuentre en realidad en Parasimón", apuntó García.

La lista de posibles víctimas, que maneja la entidad "Fosa Parasimón" y en cuya elaboración ha colaborado Ángel García, supera el centenar de personas. Siguen trabajando. Objetivo: que todos recuperen sus nombres.

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