Buses a reventar a los que no suben más pasajeros y trenes que no llegan: Langreo exige mejoras en el transporte público

El alcalde, Roberto García, pide una reunión con Alejandro Calvo, consejero de Fomento, para solucionar graves carencias en las comunicaciones

El tren de la línea Gijón-Laviana a su paso por Langreo-Centro.

El tren de la línea Gijón-Laviana a su paso por Langreo-Centro. / D. O.

David Orihuela

David Orihuela

En Langreo están cansados, hartos de sentirse aislados y de ver cómo se deteriora el transporte público. El alcalde, Roberto García (IU) ha solicitado una reunión con el consejero de Fomento del Principado, Alejandro Calvo, para solucionar los problemas que sufren a diario los langreanos que estudian o trabajan fuera del municipio, como los trenes que no llegan o autobuses que no paran a recoger a los viajeros porque llegan llenos.

Las obras de la línea ferroviaria de ancho métrico, la antigua Feve, entre Gijón y Laviana, provocaron que el servicio estuviese cortado durante meses, eso provocó un trasvase de viajeros al autobús y ahora, con el curso escolar a velocidad de crucero y la actividad laboral en marcha después de las vacaciones, los autobuses no dan abasto. Hace unos días, el Alcalde mantenía un encuentro con un grupo de estudiantes que día a día se quedan en tierra por falta de plazas en el bus. García pide al Consorcio de Transportes de Asturias que "refuerce" el servicio.

Pero lo del bus no es un hecho aislado. La línea de Feve entre Gijón y Laviana ha dejado de ser una opción para los viajeros. Los tiempos se eternizan y los retrasos y averías son continuos. Los problemas se están trasladando en las últimas semanas a la línea de Renfe entre Oviedo y El Entrego. La falta de maquinistas obliga a suspender servicios. Esta misma semana, en lunes, el tren que debía salir de Oviedo, de la estación del Norte, a las 9.25 horas no lo hizo. La compañía ferroviaria puso un servicio alternativo de autobús pero cuando llegó a Langreo acumulaba un retraso cercano a la media hora. "Tengo un juicio en Sama a las diez y veinte y no llego", comentaba una abogada a una compañera de profesión en los primeros asientos del bus. Ese servicio alternativo tiene que hacer las mismas paradas que el tren, con lo que tiene que entrar en Santa Eulalia de Manzaneda o Tudela Veguín, por poner dos ejemplos. Además, la mayoría de las paradas del recorrido son simples apeaderos en los que no hay personal para informar a los viajeros de que se ha suspendido el servicio ferroviario y de dónde hay que esperar ese bus alternativo. Y donde hay personal la información tampoco fluye como debería. "Me avisaron ayer a última hora de la noche de que no había tren a esta hora", comentaba un empleado de Adif uno de esos días que se suspendió el servicio. "¿Y mañana?", preguntaba una viajera: "Pues no lo sé".

"No es comprensible que hablemos de ciudades sostenibles y digamos que priorizamos el transporte público, si luego no se oferta un servicio digno que nos permita acudir a nuestras responsabilidades porque falta previsión", afirma el Alcalde de Langreo. Al final, son muchos los que optan por el vehículo privado. Puede tener relación o ser una casualidad, pero desde que se han comenzado a detectar estas deficiencias en el transporte público se ha complicado enormemente encontrar una plaza de aparcamiento en Sama, el centro administrativo de Langreo, tanto que el Ayuntamiento ya ha proyectado un nuevo aparcamiento en los terrenos de Modesta, justo al lado de la estación de Renfe.

García quiere sentarse con Alejandro Calvo y analizar todas estas cuestiones. Eso ya sin entrar en las eternas obras del soterramiento de la vía de Feve a su paso por Langreo, el cuento de nunca acabar. También quiere hablar Roberto García con el Consejero de los problemas en el transporte escolar. Nueve niños de Tuilla siguen sin transporte escolar un mes después de que comenzase el curso. El Principado sacó el servicio a licitación pero el concurso quedó vacío. Además, la administración regional entiende que solo cuatro de esos niños tienen derecho al servicio porque los otros viven a menos de 1.500 metros del colegio en el que estudian.

Los representantes públicos de Langreo, sean del signo que sean, repiten el mantra de que el concejo es un lugar para vivir y para trabajar. Difícil defenderlo sin un transporte público de calidad.

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