Las aguas ya no bajan negras, "hay nutrias hasta en Sama"

La recuperación ambiental del río Nalón tras el declive de la minería y las inversiones en saneamiento lleva a los ayuntamientos a plantear playas fluviales, zonas verdes y áreas deportivas en sus orillas

Planos del Plan Especial Langreo Río. 1. Recinto ferial. 2. Auditorio al aire libre. 3. Aparcamiento público y zona de autocaravanas. 4. Suelo residencial de baja densidad. 5. Nuevo vial y conexión con carretera Lada-La Felguera. 6. Complejo deportivo. 7. Parque y playa fluvial. 8. Nuevas conexiones peatonales.

Planos del Plan Especial Langreo Río. 1. Recinto ferial. 2. Auditorio al aire libre. 3. Aparcamiento público y zona de autocaravanas. 4. Suelo residencial de baja densidad. 5. Nuevo vial y conexión con carretera Lada-La Felguera. 6. Complejo deportivo. 7. Parque y playa fluvial. 8. Nuevas conexiones peatonales.

Luisma Díaz

"Las aguas bajan negras" es una película dirigida por José Luis Sáenz de Heredia en 1948, basada en la obra de Armando Palacio Valdés "La aldea perdida". En su título se hace referencia a la contaminación ambiental que trajo consigo la minería y la industrialización de una zona eminentemente rural como eran las Cuencas a mediados del siglo XIX. Cerrados ya todos los pozos mineros a excepción de Nicolasa, el fin de la minería y las inversiones millonarias que se llevaron a cabo en los últimos treinta años para sanear los ríos, lo cierto es que las aguas ya no bajan negras. Tanto es así que el Nalón, durante décadas color marrón oscuro, sin rastro de vida a su paso por la comarca, se ha convertido en un vergel: "Si ya hay hasta nutrias por Sama", algo impensable hasta hace muy poco tiempo, ya que este mustélido es una especie que solo vive en aguas cristalinas, apenas contaminadas. Esta evidente recuperación ambiental lleva a que los ayuntamientos diseñen planes que tienen como objetivo hacer del Nalón un espacio recreativo, tanto con playas fluviales como con la transformación de los terrenos degradados de sus orillas en parques y espacios públicos.

Una nutria en el río Nalón a su paso por Sama de Langreo. | Pedro Cubillas

Una nutria en el río Nalón a su paso por Sama de Langreo. / Pedro Cubillas

Mucho se ha hablado de la ineficacia de los fondos mineros en la creación de nuevas empresas. Sin embargo, estos mismos fondos fueron los que se utilizaron entre finales de los 90 y el año 2010 para la ejecución de grandes obras de saneamiento en las comarcas mineras, que han resucitado al río. Por poner un ejemplo, solo en 2004 había inversiones previstas por valor de 30 millones de euros: los colectores del río turón y el río San Juan en Mieres; el saneamiento de los cauces del Triana y el Modesta, en Langreo; el saneamiento del río Silvestre, en San Martín del Rey Aurelio y la recuperación del río Villar, a caballo entre estos dos concejos. Un poco más tarde llegó el gran colector del Alto Nalón, desde Rioseco a Pola de Laviana. Hubo polémica por invertir fondos mineros en estas infraestructuras, que en otras partes de la región pagaban entre Gobierno Central, Confederación Hidrográfica y Principado, pero lo cierto es que aquellas obras se tornaron eficaces en su objetivo: limpiar el río.

Escombrera junto al Nalón en la zona de Blimea, enlos años 60.

Escombrera junto al Nalón en la zona de Blimea, enlos años 60. / Vega

Las aguas ya no bajan negras, el cauce ya no es la cloaca a la que se vertían las aguas fecales, en las que se lavaba todo el carbón de las minas, y esto hace que el Nalón empiece a ser visto con otros ojos. Los ayuntamientos de Langreo, San Martín del Rey Aurelio y Laviana tienen distintos planes –en muy distintas fases de ejecución, eso sí– para hacer de las orillas y del propio río espacios verdes, áreas de esparcimiento, ocio y actividad deportiva y al aire libre. Esta pasada semana se conocía que el proyecto para recuperar la playa fluvial de La Chalana va a contar con casi 1,8 millones de euros de fondos europeos, y que las obras se van a licitar (salir a contratación pública) antes de final de año. Que La Chalana vuelva a tener miles de bañistas no deja de ser una utopía –en los años 50 y 60 era la única zona de baños de toda la Cuenca del Nalón: un valle en el que había más vecinos, menos posibilidades de transporte para ir a la playa, sin piscinas y con todo el río contaminado aguas abajo–, pero lo cierto es que sí puede ser una alternativa de ocio y deportiva, tanto para los residentes como para los visitantes.

La Chalana, en una imagen de los años 60.

La Chalana, en una imagen de los años 60. / Cossío

En Langreo, por su parte, uno de los proyectos estrella del nuevo gobierno local es el Plan Especial Langreo Río. Una iniciativa que pretende recuperar el entorno del Nalón a su paso por La Felguera, habilitando complejos deportivos, una playa fluvial, zonas verdes y conexiones peatonales.

El puente de La Maquinilla, en Sama.

El puente de La Maquinilla, en Sama. / L. M. D.

El plan especial actuaría en unos 160.000 metros cuadrados de suelo. Uno de los principales obstáculos para la ejecución del proyecto es el traslado de la subestación eléctrica de Lada, cuyo lugar ocuparía una pista de atletismo, ampliando la actual área deportiva de El Pilar. La propuesta municipal pasa por trasladar la subestación a terrenos que actualmente ocupa la central térmica de Lada, que está en desmantelamiento. Con las actuales tecnologías de compactación, además, la nueva subestación sería mucho más reducida, con un impacto muy inferior a la actual.

En San Martín del Rey Aurelio, por su parte, también hay planes para aprovechar las orillas del Nalón. Los vecinos proponen de hecho una playa fluvial en el entorno del parque del Florán.

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