Los jóvenes que amedrentan a los vecinos de Moreda se excusan: "Es muy duro vivir sin nada"

Uno de los veinteañeros dice estar ejerciendo de mentor tras rescatar al resto de la calle: "Pedimos disculpas, pero también comprensión"

Los jóvenes que amedrentan a los vecinos de Moreda se excusan: "Es muy duro vivir sin nada"

Los jóvenes que amedrentan a los vecinos de Moreda se excusan: "Es muy duro vivir sin nada" / Ilustración: Pablo García

El joven allerano en cuyo domicilio se han instalado varios veinteañeros cuyo agresivo comportamiento tiene amedrentados a muchos vecinos de Moreda, en especial a los usuarios del tren, pide "comprensión" a la sociedad. Esta persona explicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA que acogió a sus compañeros "para evitar que siguieran viviendo en la calle". Alega que su mal comportamiento procede de la "difícil vida que han tenido, sin poder dormir hasta ahora bajo techo". Y tras esta aclaración, asegura que personalmente está haciendo un esfuerzo por conseguir que estos jóvenes, todos ellos sin trabajo, corrijan su comportamiento: "Somos conscientes de que hay conductas que no se deberían haber producido y pedimos disculpas. Asumimos que tenemos que mejorar para no dañar la convivencia en un lugar tan tranquilo como Moreda".

La aparente labor de mentor que ha asumido este allerano, que prefiere proteger su identidad, no está resultando sencilla, según cuenta. Él mismo estuvo tutelado por el Principado y pasó por un conocido centro de menores de Gijón. Actualmente tiene trabajo y reside en una vivienda social que le concedió Vipasa. Su difícil experiencia vital le ha llevado a tener una especial sensibilidad hacia quienes se han visto atrapados por una adolescencia complicada. Por eso decidió acoger en su casa a dos conocidos de Mieres y otro de fuera de la región que se habían visto obligados a vivir a la intemperie: "La gente tiene que entender que son personas que no están acostumbradas a convivir con los demás. Ahora tiene un techo, comen en una mesa y pueden ducharse, pero en ocasiones pierden la cabeza".

El espontáneo tutor del grupo pide comprensión, pero también hace autocrítica: "Sabemos que el comportamiento no ha sido bueno y que la gente tiene motivos para estar molesta". De hecho, la presencia de este grupo de jóvenes está dañando seriamente la convivencia en toda la zona baja del concejo de Aller, ya que han agredido y amenazado a varios vecinos. Su presencia habitual en la línea de tren de Collanzo, con desplazamientos constantes a Mieres y Oviedo, ha obligado a que Renfe haya reforzado, desde ayer, el servicio con una pareja de guardias de seguridad, con una permanente colaboración de la Guardia Civil.

"Hay gente, sobre todo mayor, que ya no coge el tren para no encontrarse con estos impresentables; tienen miedo", explicaba a este diario un usuario habitual de la línea de tren allerana.

Inseguridad

En el servicio ferroviario la conducta de estos jóvenes ha generado una creciente sensación de inseguridad, con amenazas, destrozos y respuestas agresivas. Fuera del tren también han protagonizado reyertas, la última el pasado lunes, con un vecino golpeado en la cara.

El adjudicatario de la vivienda social en la que se cobija el grupo entiende el malestar. Asegura que se esfuerza para conseguir que sus compañeros puedan "reintegrarse" a la sociedad, para que puedan desarrollar una vida "digna". Insiste en pedir comprensión: "Hay que ponerse en la piel de los demás". Este joven toma ejemplo y empatiza con quienes se sienten amedrentados: "Seguramente estos chavales necesitan un proceso de adaptación, por lo que nuestra intención es abandonar Moreda e instalarnos en una casa de pueblo, en un espacio más tranquilo en que no molestemos". Lo que afirma con rotundidad es que no piensa dejar de prestar a ayuda a jóvenes sin techo. "Es muy duro no tener donde vivir, ni ingresos, ni nada".

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