Diecisiete horas para volver de Benidorm: así fue el movido regreso de 66 jubilados mierenses a los que dejaron «tirados» en el aeropuerto levantino

El nutrido grupo de socios del centro de mayores contaba con llegar a casa el miércoles a la una de la tarde tras un viaje en avión, pero no lo hicieron hasta el jueves a las seis de la madrugada tras movilizarse cuatro autobuses

Varios de los integrantes de grupo, durante su estancia en Benidorm

Varios de los integrantes de grupo, durante su estancia en Benidorm

Más de sesenta jubilados mierenses casi se ven obligados a montar una barricada en el aeropuerto de Alicante tras ver cómo entre la aerolínea que habían contratado para regresar a Asturias y la agencia de viajes que les presta servicio les dejaron “tirados” en la terminal. Su intención inicial era estar en Mieres el miércoles no mucho más tarde del mediodía: “La idea era estar tomando una sidra a la una de la tarde”, explica José Antonio Álvarez, responsable de la expedición. Pero al final no llegaron a sus casas hasta casi las seis de la madrugada del jueves. 

Un total de 66 socios del centro de mayores de Mieres disfrutaron durante la segunda quincena de octubre de uno de los viajes que organiza el equipamiento situado en los bajos de la Casa de la Música. El pasado miércoles tocaba regresar. Lo que debía ser un rápido paseo aéreo de unas dos horas se convirtió en una sucesión de contratiempos y malos entendidos que acabó en un improvisado viaje en autobús que les llevó, en total, algo más de 18 horas. Es decir, el equivalente a un viaje en avión de ida y vuelta a Caracas (Venezuela).

El grupo de jubilados mierenses llegó al aeropuerto de Alicante con el tiempo suficiente para poder embarcar sin prisas a las diez y media de la mañana. Al llegar a la terminal se encontraron con una desagradable sorpresa. “Los responsables de la aerolínea nos dijeron que se había cambiado la hora de nuestro vuelo y que nuestro avión había salido a las siete de la mañana, con escala en Barcelona”, explica José Antonio Álvarez. Al parecer, el personal estuvo un tiempo esperando por la expedición mierenses en previsión de que hubieran tenido algún percance con el autobús, pero al no recibir ninguna llamada el avión despegó sin ellos.

Una vez en tierra, la operadora se desentendió de la situación de los jubilados mierenses: “Nos dijeron que ellos habían avisado, pero a nosotros no nos constaba ningún comunicado”, señala José Antonio Álvarez. La agencia de viajes responsable del itinerario no asumió igualmente responsabilidad alguna. De esta forma, el grupo se quedó inmovilizado. Casi setenta personas pendientes de una solución para regresar a Asturias. El miércoles era imposible ya coger un avión.

Vista la tesitura y tras presentar individualmente las reclamaciones ante la aerolínea, comenzó una segunda negociación con la agenda de viajes. La solución que se ofreció fue un desplazamiento en autobús, pero el inconveniente era que no había plazas para todos, por lo que 16 personas deberían retornar en tren. Esta opción fue rechazada tajante por los afectados. Finalmente, tras un ultimátum, la firma aceptó poner en circulación dos autobuses.

Integrantes del grupo.

Integrantes del grupo. / Ama Mieres

Al final la expedición puso rumbo a Asturias ya pasadas las cuatro y media de la tarde. Pero aún quedaba un último imprevisto. “Al parecer a la empresa de transportes le costó encontrar conductores con una ventana de horas de conducción como para llegar a Asturias”, apunta José Antonio Álvarez. La solución que se planteó no deja de tener un punto rocambolesco. Los dos autobuses que salieron de alicante llegaron hasta Cuenca. Al tiempo, otros dos bajaron desde Asturias para recoger al grupo en este punto intermedio y volver de regreso al norte.

La llegada

Tras todas estas peripecias, los 66 jubilados mierenses llegaron a su destino pasadas las cinco de la madrugada, del jueves. “Lo peor es el rato en que sientes que nadie se hace cargo de la situación, teniendo que mover a un grupo tan grande personas”, explican los responsables del centro de mayores. La muy activa asociación de la entidad organiza numerosos viajes y cruceros a lo largo del año, siempre con éxito. La experiencia vivida en Alicante no les afectará para seguir con sus actividades: “Para nada nos quita las ganas de seguir viajando juntos”. 

Suscríbete para seguir leyendo