El crecimiento urbano de Mieres mira al Batán: "No toleraremos que se lave carbón extranjero", afirma el Alcalde

El Ayuntamiento asume que el lavadero seguirá teniendo uso industrial, pero ve a medio plazo posibilidades residenciales y desarrollo de zonas verdes

Lavadero del Batan.

Lavadero del Batan.

El nuevo ordenamiento urbano de Mieres ya está sólo pendiente de una última revisión tras casi dos décadas de interminable gestación. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) posterga en el tiempo la apertura de la ciudad hacia el norte. El proyecto que guiará el desarrollo urbano de la ciudad durante los próximos lustros desestima inicialmente la posibilidad de dar un nuevo uso alternativo al industrial a los terrenos del lavadero del Batán. Ahora bien, el gobierno local sostiene que este contenido concreto del ordenamiento quedará “abierto a revisión” en función de las “necesidades” de la ciudad y de las posibilidades de uso que se puedan plantear para estos terrenos. El alcalde, Manuel Ángel Álvarez, ya ha comenzado a acotar los márgenes de lo que el Ayuntamiento permitirá: “Bajo ningún concepto toleraremos que se lave carbón extranjero en el Batán”, subraya el regidor en tono de advertencia.

El debate sobre el recuperación urbana de los terrenos del lavadero del Batán se ha reactivado en Mieres tras permanecer aletargado desde principio de siglo. “Integrar ese suelo en la ciudad es un proyecto que más tarde o temprano habrá que tratar con Hunosa”, subrayan los portavoces del gobierno local. La cuestión es que, por el momento, la compañía tiene planes para estas instalaciones. El problema es que se trata de una cesión muy costosa para Mieres, que deberá renunciar a su única vía de expansión y sacrificar, como hasta ahora, su imagen, ya que el lavadero es el mayor escaparate a través del que se muestra Mieres a los miles de conductores que cada día circulan por la autovía.

Los planes de Hunosa

Los planes de Hunosa pasan por mantener en servicio el Lavadero de una vez cierre el pozo Nicolasa (Ablaña). Hunosa presentó hace meses una nueva línea de negocio centrada en la recuperación de materias primas y mineras. En otras palabras, el viejo lavadero de carbón tratará residuos industriales para su reutilización por terceras empresas. De esta forma, Hunosa apuesta por la continuidad de una instalación que actualmente cuenta con 30 trabajadores en plantilla. El objetivo es poder recolocar en el centro a unos 40 mineros una vez Nicolasa agote la indefinida moratoria de la que goza actualmente antes de echar el cierre y poner punto y final a casi dos siglos de explotación de hulla en las Cuencas.

El lavadero, inaugurado en 1959, afronta esta nueva etapa sin apenas necesitar adaptaciones, ya que las adecuaciones a las nuevas tareas requerirán de «inversiones menores» que se concentrarán en el apartado de procesos de trabajo. La dirección de Hunosa destaca que la bolsa de empleo de la instalación pasará de 30 a 70 trabajadores. Subrayan igualmente que este incremento del empleo directo no afectará al servicio de contratas. Son cerca de medio centenar los trabajos indirectos que genera actualmente el lavadero, contrataciones por otra parte envueltas desde hace años en una constante polémica por el alcance de su vinculación con el centro. 

El Ayuntamiento de Mieres de Mieres no parece en estos momentos abierto a iniciar una confrontación directa con Hunosa por el uso del lavadero del Batán. Ahora bien, las preferencias de los gestores municipales parecen inclinarse cada vez más a una planificación de futuro que conlleve el desarrollo de espacios residenciales, naturales y de ocio. 

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