Mieres celebra a lo grande su Antroxu: una truchona de funeral, Abba de concierto y hasta Depredador por la calle

El Antroxu de Mieres avanzó por tierra, mar y aire. El desfile se valió de todo tipo de propulsión, desde las velas náuticas hasta los motores de combustión, para recorrer las calles de la ciudad arrollando a su paso al gentío que siguió con entusiasmo el paso del colorido desfile, repleto de espectaculares carrozas.

El carnaval mierense bailó al ritmo de los pegadizos temas de «ABBA». Una luminosa carroza llegada desde Gijón se convirtió en un desfile por sí sola, con 40 bailarines incansables. «A la gente le gusta mucho nuestra presencia, ya que animamos mucho el recorrido», apuntaban los integrantes de la mascarada de «ABBA».  

La cita con el Antroxu comenzó al mediodía con el velatorio a la Truchona del Caudal en la plaza del Ayuntamiento. La música de las charangas ya no dejaría de sonar como música de fondo en toda la jornada. Carmen Alonso ya estaba disfrazada por la mañana, asegurando que resistiría todo el día vestida bruja: «En carnaval hay que dejarse hechizarse un poco. Hoy se puede ser un poco mala».

El pasacalles se hizo esperar hasta ya pasadas las siete y media de la tarde. La comitiva salió del floreciente parque de La Mayacina. Y es que el invierno acudió ayer al carnaval de Mieres disfrazado de primavera. «Recuerdo que hace unos quien años –fue en 2004– se suspendió el desfile porque había una nevada de una cuarta. Y hoy estamos para salir en manga corta, casi como en Río de Janeiro», recordaba el turonés Victor Díaz. 

La historia

El carnaval de Mieres da para muchas historias. De hecho, presume de ser el más añejo de Asturias. Fue en 1981 cuando Antonio el del Escudo, Tino Nomparte y Pedro el del Gato retomaron la fiesta del carnaval para la villa, un evento maldito durante la dictadura franquista. Los hosteleros hicieron un esfuerzo económico para realzar la cita con premios atractivos. Este año el Antroxu de Mieres ha repartido 6.300 euros en premios. El comercio se sumó a la celebración con talleres infantiles en la plaza de abastos. 

 En el pasacalles que abrió la fiesta intervinieron las charangas Los Restallones, Xaréu nel Ñeru, Los Mazcaraos, Los Acoplaos y Los Tardones. La noche se antojaba movida. A las ocho se organizó el cortejo de La Truchona, en el que participaron, como acompañantes, de Los Sufridos Viaxeros, de la fanfarria «Menudos Notas» y hasta cinco charangas fuera de concurso. Media hora después, fue el turno para la «Truena d’aniciu», con los tradicionales voladores. Sin más espera, arrancó el desfile-concurso. Abrió la comitiva la reina del Antroxu: La Truchona del Caudal que, como bien saben los «antroxerus», «ye de ríu y non de mar».

El desfile discurrió entre mucho público por las calles Manuel Llaneza, Teodoro Cuesta, Carreño Miranda, Numa Guilhou y el auditorio del parque Jovellanos. La concejalía de Festejos habilitó dos espacios, «para que todo el mundo pueda disfrutar del desfile», acotados para personas con movilidad reducida y con diversidad funcional. Al cierre de esta edición, don Carnal se preparaba para leer el testamento y las últimas voluntades de La Truchona.