El motivo por el que personas con discapacidad como Angélica no pueden coger el autobús en Mieres

Mierenses que necesitan sillas de ruedas denuncian que no pueden acceder a los autocares de Emutsa por problemas con las rampas

Angélica Calzas y Fernando Sánchez, en la parada próxima a la glorieta de la calle Manuel Llaneza. | D. M.

Angélica Calzas y Fernando Sánchez, en la parada próxima a la glorieta de la calle Manuel Llaneza. | D. M. / David Montañés

El Ayuntamiento de Mieres ha invertido alrededor de 2,5 millones desde 2020 en la renovación de la flota de la empresa municipal de transportes (Emutsa). Pese a esa decidida apuesta por el sostenimiento de un servicio deficitario, la cobertura está lejos de dejar satisfechos a los usuarios que más problemas de movilidad padecen. Las personas con discapacidad, que dependen en muchos casos de Emutsa para desplazarse por el concejo, por ejemplo, al hospital de Santullano, se quejan de la imposibilidad de acceder con frecuencia a los vehículos. Estas quejas han sido trasladadas al Ayuntamiento, sin que de momento se hayan tomado medidas para solventar el problema.

Angélica Calzas es una mierense que utiliza silla de ruedas para desplazarse. Tiene que acudir con mucha frecuencia al hospital Álvarez Buylla para pasar consulta y hacer rehabilitación. Depende para ello del transporte público. Con frecuencia, ha llegado tarde a las citas, debido a que le resulta imposible subir al autobús: "Es muy habitual que la rampa que facilita la accesibilidad no funcione, algo que sucede incluso en los buses más nuevos", apunta entre resignada y molesta Angélica Calzas.

Los autobuses de Emutsa tienen dos sistemas de acceso mediante rampa. Los más antiguos operan automáticamente y los más modernos disponen de un mecanismo manual. "Lo que sucede es que con mucha frecuencia no funcionan, tanto unos como otros. Esto hace que a menudo debas esperar hasta el siguiente servicio, sin tener garantías de que podrás subirte a ese segundo autobús", señala Fernando Sánchez, pareja de Angélica Calzas. "Nos ha tocado tener que esperar casi una hora en días de lluvia, llegando tarde a las consultas médicas".

El servicio

La deficiente accesibilidad que ofrecen los autobuses de Emutsa es algo que se percibe genéricamente entre quienes sufren problemas de movilidad o conviven con personas que padecen estas limitaciones. Mayé Díaz es madre de una joven que necesita silla de ruedas para desplazarse. Lamenta tener que señalar que en muchos casos el problema recae en los conductores, que deben asumir el manejo de la rampas manuales. "Hay profesionales encantadores, pero otros se excusan en que el sistema está estropeado para no tener que realizar el trabajo". Así lo perciben también Angélica Calzas y Fernando Sánchez: "Hay conductores, solo algunos, que nos ponen mala cara cuando pedimos la rampa, y alguno nos ha llegado a instar a que cojamos un taxi para ir al hospital".

Los usuarios subrayan que los problemas con los autobuses de Emutsa acaban una vez han logrado el acceso. "Los vehículos que se han comprado recientemente son cómodos para la gente con silla de ruedas y tienen lugares perfectamente habilitados para el viaje", destaca Calzas. De poco sirve en los casos en los que se queda en la calle.

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