"Ojalá no vuelva a Langreo": habla la familia de la víctima del terrible crimen de la peluquera de Sama tras salir de prisión su asesino

El autor de la muerte de la joven ha cumplido los 15 años que marcaba la sentencia

Patricia Fernández Guzmán murió a golpes en la cabeza y luego fue quemada

"Solo queremos vivir tranquilos, ahora nada le impide volver y que nos lo encontremos", claman los familiares

Carlos Fernández y Feli Guzmán con su hijo Saúl

Carlos Fernández y Feli Guzmán con su hijo Saúl / L. M. D.

David Orihuela

David Orihuela

«Queremos vivir tranquilos y ahora mismo estamos muy preocupados». Carlos Fernández templa los sentimientos y mide las palabras para que nada se malinterprete, porque el hombre que hace 16 años mató a su hija Patricia, de 22 años de edad, sale este jueves de la cárcel.

Fue el conocido como «crimen de la peluquera», que era la profesión de la víctima. El próximo jueves, 14 de marzo se cumplen 16 años de aquella fatídica mañana en la que dos niños que jugaban con sus bicicletas encontraron el cuerpo de Patricia en un vertedero cercano al pozo Samuño, en el langreano pueblo de La Nueva. Alguien la había matado sádicamente el día antes, en la tarde noche del jueves 13 de marzo de 2008, y había quemado su cuerpo para borrar huellas.

El 15 de marzo, dos días después de la muerte de Patricia, la Guardia Civil detuvo a Celso Martínez Bernardo. Un empleado de la estación de servicio de El Entrego le identificó como la persona a la que vendió una lata de gasolina el mismo día del crimen. El trabajador lo recordaba porque el joven no especificó qué tipo de combustible precisaba y, al preguntarle, le contestó que le daba igual, que era para un quad, un quad que no tenía.

En diciembre de 2010, la sección tercera de la Audiencia Provincial de Oviedo condenó al acusado a 18 años y 6 meses de prisión declarándolo culpable del asesinato de Patricia Fernández Guzmán. La sentencia dictada por la magistrada presidenta de la sección tercera privaba también al condenado del derecho a residir y acudir a Langreo y acercarse a los familiares de la víctima a menos de 500 metros, y fijaba una indemnización de 200.000 euros para los padres y 65.000 euros para el hermano de Patricia. El Tribunal Superior de Justicia de Asturias revocó parcialmente la sentencia. El TSJA estimó el recurso presentado por la Fiscalía, y rebajó el delito a homicidio, al no ver probado que hubiera «alevosía o premeditación» en el crimen. El Tribunal Supremo ratificó más tarde la decisión del TSJA y la condena quedó fijada finalmente en 15 años de prisión que se cumplen este jueves.

«Ha cumplido la condena y la orden de alejamiento estaba vigente mientras estaba en prisión, pero ahora ya ha pagado y nada le impide vivir en Langreo», explica el padre de Patricia. Carlos Fernández confiesa que tiene miedo, pero prefiere decir «preocupación, incertidumbre, inquietud». «Bueno, no tengo miedo, tengo rabia», se arranca a decir. El miedo lo tiene por su esposa. Feli Guzmán, la madre de Patricia, sigue llamando a su hija en sueños, un sueño que solo logra conciliar con pastillas. Carlos no quiere que Feli pase por el trance de encontrarse cara a cara con el hombre que le arrebató a su hija. «Ojalá nunca vuelva a Langreo, ojalá no le volvamos a ver en la vida», clama el cabeza de familia.

Saúl Fernández tenía doce años cuando mataron a su hermana mayor. Ahora , cuando está a punto de independizarse, a sus 28 años se enfrenta también a la posibilidad de revivir aquellos días horribles, de ver por la calle al homicida. 

Carlos Fernández insiste una y otra vez que «no vamos a ir a buscarlo ni muchísimo menos, no queremos verle delante» pero «queremos vivir tranquilos y en paz, saber que no nos lo vamos a encontrar». «Nosotros vivimos donde hemos vivido siempre y él, si quiere, puede venir a vivir enfrente», lamenta Fernández. 

El condenado ha cumplido la pena de prisión y por tanto es libre de vivir donde quiera. Lo único que tiene pendiente es pagar las indemnizaciones fijadas en la sentencia. «De él depende dónde va a vivir a partir de ahora», explica el padre de la víctima, que tiene muy claro que «ahí fuera hay un homicida». Lo dice muy claro: «En España sale muy barato matar y este individio estará en la calle pero Patricia no va a volver, la cría no va a volver». Para Carlos «este homicida debería estar toda su vida en la cárcel». Es su opinión y sabe que las leyes son otras y que Celso Martínez Bernardo abandonará la prisión de El Dueso, en Cantabria, en la que ha pasado los últimos años, y podría rehacer su vida, volver a Langreo. 

«Me preocupa, me preocupa encontrarlo porque no sabemos cuál puede ser su reacción ni la nuestra», explica el padre de la joven fallecida.

Carlos Fernández, Feli Guzmán y Saúl Fernández han revivido estos días la pesadilla de hace 16 años. Ni un solo día en todo este tiempo han dejado de pensar en Patricia pero el dolor se había mitigado ligeramente. Ahora, no quieren encontrarse al hombre que le quitó la vida a golpes el trece de marzo de 2008 y que luego quemó el cuerpo y lo abandonó en un vertedero. No quieren volver a tener esas imágenes en su cabeza. «Solo queremos vivir tranquilos, vivir en paz», insiste la familia.