El radar de tramo del Corredor del Nalón funcionará antes verano

Principado y DGT refuerzan la señalización y exploran otras medidas para "calmar el tráfico"

El Corredor del Nalón a su paso por Sama, en la zona donde tuvo lugar el último accidente mortal. | Luisma Murias

El Corredor del Nalón a su paso por Sama, en la zona donde tuvo lugar el último accidente mortal. | Luisma Murias / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

El objetivo final es "calmar el tráfico" en el Corredor del Nalón. Es la expresión que utilizó este miércoles la jefa provincial de Tráfico, Raquel Casado, al referirse a las medidas que se están tomando en el Corredor del Nalón, la carretera AS-117, que une Riaño, en Langreo, con el puerto de Tarna, en Caso. Una de las medidas pendientes es la instalación de un radar de tramo (sistema que graba de forma continua el tráfico a la entrada y a la salida de un trayecto y calcula si la velocidad media de los vehículos supera la permitida).

La jefa provincial de Tráfico apuntó que se ha diseñado el proyecto definitivo de la instalación y se conocen los puntos exactos en los que se colocarán las cámaras. "A falta de homologaciones y validaciones, esperamos que el dispositivo pueda estar en funcionamiento antes del verano", estimó Casado. El radar debe ser analizado y validado por técnicos del Centro Español de Metrología, departamento dependiente del Ministerio de Industria que se encarga de homologar los cinemómetros de toda España y de supervisar sus calibraciones.

Además del radar, Casado anunció que se pondrán en marcha "mejoras de señalización y un refuerzo de la misma". "Habrá otras medidas de calmado del tráfico", como la línea continua roja que marca la prohibición de adelantar y que el Principado ha pintado desde Sama, en Langreo, hasta Barredos, en Laviana, con la única excepción de la recta de La Florida en Sotrondio, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio. Además, la velocidad máxima ha quedado limitada a 80 kilómetros por hora en toda la vía.

Las medidas está pensadas para rebajar la siniestralidad y fueron impulsados después del siniestro en el que, el pasado 31 de enero, fallecieron dos personas, madre e hijo, y otras cuatro resultaron heridas.

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