El crimen del descuartizador de Langreo: buscan un nuevo hogar para "Sol" y "Tara", los perros de la víctima

Los dos perros de Santos Conrado están en la perrera a la espera de ser adoptados

Sol y Tara, en las dependencias del albergue de animales de Langreo.

Sol y Tara, en las dependencias del albergue de animales de Langreo. / LNE

Miguel Á. Gutiérrez

La hembra se llama "Tara" y el macho responde al nombre de "Sol". Son los dos perros de raza "border collie" que se han quedado sin dueño tras el crimen y posterior descuartizamiento de Santos Conrado en su casa de La Felguera. El hombre, de 71 años, murió apuñalado a manos de Javier R. E., de 58, que compartía la vivienda con él y que está en prisión provisional tras confesar los hechos. Las mascotas de la víctima fueron testigos de un macabro suceso que ha conmocionado a toda la comarca. También fueron, de forma involuntaria, el detonante del crimen, al ser uno de los principales motivos de disputa entre su propietario y Javier R. E. Ahora, después de que el Ayuntamiento se hiciera cargo de ellos, "Sol" y "Tara" aguardan en la perrera municipal, esperando para ser adoptados en un nuevo hogar.

"Como primer paso se busca a los herederos, pero normalmente no hay mucha gente que se quiera quedar con los perros", explica Paulino Fernández, responsable del albergue de animales de Langreo, que añade: "Estos dos perros tenían microchip y lo que se hace es un cambio de titularidad al Ayuntamiento de Langreo y, a partir de ahí, ya son adoptables".

Los dos canes gozan de buen estado de salud, según indicó Fernández: "Han pasado unos días de cuarentena, pero están perfectamente. Ya los ha revisado el veterinario y están bien. Les hemos puesto las vacunas, les hemos desparasitado y se ha hecho el cambio de propietario, con lo que en dos o tres días pueden entrar ya en adopción". Son dos animales que muestran docilidad. "La hembra, ‘Tara’, es un poco más cascarrabias, pero son animales sin problemas de conducta. Son perfectamente adoptables los dos", concluye Fernández.

"Tara" y "Sol" están bajo custodia del Ayuntamiento desde que se descubrió el crimen. Así lo relató Pablo Álvarez, edil de Protección Animal de Langreo. "Nos hicimos cargo de ellos por requerimiento judicial. Al fallecer el propietario y en virtud de la ley de bienestar animal, la administración pública está obligada a recogerlos. Se ha hecho una valoración y se ha visto que son adoptables", argumentó Paulino Fernández.

Disputa

El autor confeso del crimen y descuartizamiento de La Felguera tenía en los últimos tiempos problemas de movilidad. Usaba muletas porque, según ha podido saber este diario, hace unos meses había sufrido una caída al intentar entrar en una casa. Como resultado de ello se rompió la tibia y el peroné. Tuvo una fractura abierta y no acababa de recuperarse de su lesión porque, según su versión, como consecuencia de la convivencia con los perros, había cogido varias infecciones. Eso provocaba discusiones frecuentes con el dueño de la casa, Santos Conrado.

El día del crimen, según declaró Javier R. E., se encontraba especialmente mal, por lo que se inició una nueva disputa con Conrado, que rechazó darle droga. La tensión de la discusión fue en aumento hasta que la víctima le espetó que le tenía más aprecio a los perros que a él. Javier R. E. lo acuchilló. Descuartizó el cuerpo y lo repartió en bolsas de basura por distintos escenarios en el entorno de la vivienda que ocupaban víctima y verdugo.

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