La iglesia de Santa Marina evita el derribo al iniciarse ya la reparación del tejado

Un estudio técnico avala el buen estado estructural del edificio, que volverá a acoger funerales en cuanto se reponga la techumbre

La iglesia de Santa Marina, ayer, en obras. | D. M.

La iglesia de Santa Marina, ayer, en obras. | D. M. / David Montañés

La iglesia de Santa Marina seguirá en pie tras valorarse su derribo a causa de los importantes daños que se registraron el pasado mes de enero en el tejado. Un informe técnico encargado por la diócesis ha confirmado que el estado estructural del resto del inmueble es bueno, por lo que el arzobispado ya ha comenzado a reparar la cubierta.

El párroco del Convento (Padres Pasionistas), Rodrigo Sevillano, explicó a este diario que la actuación que ya está en marcha para arreglar la popular iglesia de Santa Marina se centrará en la sustitución de la zona del tejado que se desplomó. También se eliminarán diversas goteras y se repondrán canalizaciones para acabar con las filtraciones en el edificio. El plan es que la iglesia vuelva a recuperar la actividad una vez quede reparada. Con todo, el templo solo se abrirá, como ya se hacía antes del grave problema surgido en el tejado, para funerales.

Pese a la clausura temporal de la iglesia, la misa de los domingos se sigue oficiando en Santa Marina cada domingo. Para ello se utiliza la pequeña capilla anexa al templo. Los Padres Pasionistas, que atienden la parroquia, pretenden mantener este funcionamiento una vez la iglesia vuelva a estar operativa. «La capilla está bien para las misas, ya que es más acogedora y tiene suficiente amplitud, pero lo importante es que se puedan volver a celebrar funerales, a los que va más gente», señalan los feligreses consultados por este diario.

Salvo imprevistos, la intención de la parroquia es cubrir esta demanda en cuanto el templo vuelva a estar en condiciones.

La iglesia de Santa Marina es, junto al Convento, la unidad parroquial más moderna de las cuatro divisiones eclesiásticas que existen en el casco urbano de Mieres. Con poco más de 60 años de historia, el edificio presenta un notable deterioro, hasta el punto en que su futuro ha estado en el aire. Los vecinos de Santa Marina llegaron a pedir el derribo de la construcción en caso de que los daños en el tejado hicieran inviable su arreglo. Pero al final el deterioro estructural es menor que el inicialmente estimado, por lo que la diócesis se ha decidido por la rehabilitación.

La iglesia de San Marina se construyó a finales de la década de 1950. «Se trasladó al templo una imagen de Santa Bárbara –patrona de los mineros– que estaba en la iglesia de San Juan para subrayar su vinculación con el movimiento obrero», apuntan veteranos clérigos locales. Aquella decisión la tomó el recordado Nicanor López Brugos, fallecido en 2018. Este párroco destacó durante décadas por su compromiso social y apoyo a las reivindicaciones de la clase trabajadora. El nuevo templo de Santa Marina, además, se construyó con una singular estética muy similar a la de la barriada que lo envuelve. El barrio, formado por bloques de viviendas colectivas, y agrupadas en manzanas abiertas, fue dotado de un complejo parroquial de ladrillo visto, muy a tono con el entorno.

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