El relato de la dura lucha de los trabajadores de Duro, tres décadas después: "Tuvimos mucho apoyo social"

"Entramos en la catedral un 23 de diciembre, nevando, aquello estaba lleno de excrementos y palomas muertas", recuerdan los encerrados en el templo ovetense

Por la izquierda, Víctor Vaquero, Ramón Cimadevilla y Manuel Ortiz de Galisteo, con el cartel de los días de encierro en la Catedral. A la derecha, Cuevas, con Cándano (izquierda) y Corujo. | D. O.

Por la izquierda, Víctor Vaquero, Ramón Cimadevilla y Manuel Ortiz de Galisteo, con el cartel de los días de encierro en la Catedral. A la derecha, Cuevas, con Cándano (izquierda) y Corujo. | D. O. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Era el día antes de Nochebuena de 1996 y cinco trabajadores de Duro Felguera se encerraban en la Catedral de Oviedo, en protesta por el incumplimiento del acuerdo de recolocación al que habían llegado dos años antes habían firmado con el Principado. Uno de ellos era Víctor Vaquero. Lo recordaba este lunes en la Casa de Cultura Escuelas Dorado, en Sama, minutos antes de la inauguración de una exposición que recuerda "la lucha obrera más larga de Europa", como califica Juan Manuel Corujo, organizador de la muestra, el conflicto de Duro Felguera. Vaquero fue del primer grupo que se encerró en la Catedral. Estuvo siete meses y tres días en el templo ovetense. "Al principio fue muy duro porque cuando entramos, el 23 de diciembre, hacía mucho frío, nevaba y aquello no estaba acondicionado para nada y era muy duro oír cada hora como sonaban las campanas", explica. El grupo, formado por Vaquero, Juan Díaz, Gerardo Iglesias Campa, Juanjo García y Luis Braña, se acomodaron como pudieron bajo el reloj de la torre. "Fuimos resistiendo y limpiando aquello, que estaba lleno de excrementos y de palomas muertas", recuerda Vaquero, que bromea diciendo que "el Obispo nos tenía que estar agradecido porque limpiamos y adecuamos el lugar". "Cuando vosotros llegasteis ya estaba mejor", comentaba en la Casa de Cultura con Manuel Ortiz Galisteo y Ramón Cimadevilla, que estuvieron en el segundo turno del encierro, los últimos cien días.

La dura lucha de los trabajadores de Duro

La dura lucha de los trabajadores de Duro / David Orihuela

En la memoria de los ovetenses y de todos los asturianos está el cartel con el que los trabajadores contabilizaban los días que llevaban de encierro. Ese contador se paró en 318 días y así se puede ver en las Escuelas Dorado de Sama. Es parte de una exposición que ha crecido hasta el último momento. Un gran estandarte de tela en el que se lee: "Hoy, como ayer, mañana y siempre Duro resiste", llegó a Sama a las tres de la tarde, tres horas antes de la inauguración de la exposición. "Es el cartel que tapaba el rosetón de la torre de la Catedral", explica Corujo.

Los "encerrados" tienen claro que lo volverían a hacer hoy mismo si fuese necesario. Lo que no tienen tan claro es si se lo permitirían. "Con la ley mordaza igual nos echaban antes y acabamos en chirona", dice Vaquero. Cimadevilla apuna que "de aquella teníamos mucho apoyo social". También tenían el apoyo, o al menos la comprensión, del entonces Arzobispo de Oviedo, Gabino Díaz Merchán, "pero hubo que convencerle con documentos, él nos pedía toda la documentación para luego así poder defendernos con argumentos", recuerda Víctor Vaquero. Esa documentación era el acuerdo en el que el Principado se comprometía a contratar en empresas públicas a los 40 despedidos que no habían sido readmitidos en sus puestos de trabajo.

Quien negoció buena parte de aquellos acuerdos fue Manuel Sánchez Terán, líder de los trabajadores. Terán también acudió a la inauguración de la exposición en Sama para recordar "una década muy intensa de un colectivo muy singular". Para él, "desde que en 1859 se enciende el primer horno alto de Duro Felguera, la empresa forja el carácter de sus trabajadores". Eso se notó en el conflicto que comenzó en septiembre de 1993 "y tuvo sus últimos estertores en 2012". "Dudo Felguera sigue ciclos de 20 años en los que explora nuevos mercados y a nosotros nos tocó uno de esos ciclos, cuando Duro pasó de producir a subcontratar", asegura Terán, quien añade que los trabajadores "fuimos el experimento de la empresa y del gobierno socialista de Felipe González para probar el despido libre colectivo". "Duro Felguera propone, el felipismo dispone y luego está la mano que mece la cuna, que fueron los sindicados CC OO y UGT", mantiene Terán treinta años después.

Precisamente eso, el paso del tiempo es lo que ha llevado a Corujo a organizar la exposición. "Los que tienen menos de treinta años, no habían nacido; los que tienen 40, eran unos críos, los que nos acordamos de esto somos los que lo vivimos o los que estaban alrededor, pero es una generación que ya se está muriendo", explicaba el promotor de la muestra. Por eso, porque es "la movilización laboral más larga de Europa", Corujo no quiere que se olvide, "es algo histórico", asegura.

El periodista Xuán Cándano, que vivió el conflicto en primera línea, ofreció ayer una charla en las Escuelas Dorado, recordando aquellos años. Entre el público, varios trabajadores de Duro Felguera y la concejala de cultura del Ayuntamiento de Langreo, Angelita Cueva.

Fotografías, recortes de prensa, pelotas de goma o clavos para pinchar las ruedas de las furgonetas policiales sirven para recordar, como Cantaba Dixebra que "equí dieron en duru",

Suscríbete para seguir leyendo