Entrevista | Jorge Álvarez Director de la planta de Bayer en Langreo

"Cada día, 20 millones de personas consumen un producto fabricado en Langreo por Bayer"

"Desde este año podemos decir que fabricamos todo el nifedipino con el que se hace todo el Adalat del mundo"

"En los últimos cinco años se han invertido 25 millones en la planta de Lada"

Jorge Álvarez en la planta de Bayer en Lada. Langreo. | Juan Plaza

Jorge Álvarez en la planta de Bayer en Lada. Langreo. | Juan Plaza / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Jorge Álvarez (Oviedo, 1969) es el director de la planta de Bayer en Lada, Langreo, desde 2016. Le gusta tanto su trabajo y su compañía que, a buen seguro, algún día cumplirá su deseo de escribir la historia de la fábrica.

–¿Quién es Jorge Álvarez y cómo llegó a Bayer?

–Soy ovetense, la familia de mi madre es de Teverga y la de mi padre de Oviedo. Estudié en los Dominicos, al lado de casa, junto al Campillín. Luego estudié Químicas, no por vocación de ser químico sino porque me gustaban las matemáticas. Acabé la carrera en 1992 y de aquella no había mucho trabajo así que también sin demasiada vocación hice el doctorado. En ese periodo tuve una beca de 18 meses en Química del Nalón y al acabar me ofrecieron otra beca de seis meses en la planta de Bayer en Langreo. Fueron seis meses. En 1996 me enteré de que buscaban a alguien para producción y me presenté al puesto, como otros muchos. Entiendo que, como me conocían por lo de la beca, tuve alguna opción más para que me cogieran. Así que llevó aquí desde 1996 aunque siempre digo que empecé de becario en 1995. Trabajé en producción ayudando a la persona que estaba en a la planta de ácido acetilsalicílico. Yo tenía mucho conocimiento teórico pero poco conocimiento práctico así que ayudaba en lo que buenamente podía. Estuve ahí dos o tres años y luego quedé de responsable de la planta de Aspirina, donde estuve 15 años. Después pasé a ser responsable de calidad y desde hace siete años, casi ocho, soy el director de la planta.

–¿Cómo cambió la planta en esos 29 años que usted lleva aquí?

–Primero diría lo que no cambió. La esencia sigue siendo la misma, seguimos fabricando el ácido acetilsalicílico con el mismo proceso no ya de hace treinta años sino casi desde el origen de la fábrica, hace 82 años. Lo que sí ha cambiado es la tecnología y la automatización. Los equipos son nuevos y cuando esos equipos tienen un alto grado de automatización, las personas en lugar de hacer un trabajo físico, lo que hacen es controlarlo desde ordenadores. Eso es un cambio brutal. Otro cambio muy importante lo ha habido en la documentación. Ahora hay documentación absolutamente para todo. Hoy, en consonancia con la industria farmacéutica, tiene que estar todo muy bien documentado, muy bien trazado. Tienes que poder ver en el ordenador qué hizo cada persona en cada momento y así, si luego hay un problema, saber dónde se produjo el error o la desviación. El control de los procesos ha mejorado muchísimo. Antes era un control manual y ahora es automático.

–¿Esa automatización ha supuesto la pérdida de puestos de trabajo?

–No. Desde que yo estoy aquí siempre damos la misma cifra de empleados, redondeamos a cien. A veces son 90 y otras son 110. Seguimos igual, aunque es cierto que en noviembre del año pasado se hizo un ajuste que afectó a once personas.

–En Lada se fabrica el ácido acetilsalicílico, el principio activo con el que luego se hacen todas las Aspirinas que se consumen en el mundo. ¿En los últimos años la Aspirina ha perdido presencia frente a otros medicamentos para el dolor o la fiebre?

–Nosotros fabricamos el principio activo de la Aspirina pero también es el principio activo del Adiro. Hay otros medicamentos que compiten con la aplicación clásica del acetilsalicílico, que es la aspirina de toda la vida para el dolor, pero esos medicamentos no sirven para la otra aplicación que es el antiagregante plaquetario, el Adiro. Ahora, en números muy redondos a nivel mundial, vendemos mitad y mitad de Adiro y Aspirina. Antes era mucho mayor la parte analgésica, la de Aspirina.

–Ahora también fabrican todo el nifedipino del mundo.

–Así es. Es otro principio activo que también tiene indicación cardiovascular, contra la angina de pecho. En 2021 anunciamos la inversión, que se confirmó en 2022 y se fue ejecutando. A finales del 2022 y principios del 2023 se inició la producción rutinaria y este año podemos decir que todo ese principio activo que utiliza Bayer para hacer los productos finales sale de la planta de Asturias. Por eso me gusta decir que ponemos Langreo y Asturias en la cabeza y el corazón del mundo con la Aspirina y el nifedipino. Estés donde estés, en cualquier lugar del mundo, si tomas una Aspirina, un Adiro o un Adalat, que es el nombre comercial del nifedipino, y es de Bayer, el principio activo se ha hecho en Langreo. Da igual que estés en Japón, en Estados Unidos o en Brasil, el principio activo salió de aquí.

–¿Por qué aquí, por qué en Lada, en Langreo?

–Hay que recurrir a la historia. Esta planta la fundan en 1942 Duro Felguera y Explosivos Riotinto con el nombre de Proquisa (Productos Químicos S. A.). En sus procesos industriales les sobraban productos químicos y entre ellos estaban las materias primas que permitían hacer ácido acetilsalicílico. Bayer había inventado el acetilsalicílico en 1897 pero la patente había caducado y Proquisa la compró. Con los productos que les sobraban empezaron a hacer ácido acetilsalicílico. No lo llamaron economía circular porque de aquella no existía la palabra. Montaron la fábrica, que no tenía nada que ver con Bayer, pero en 1949, al acabar la segunda guerra mundial, en muchos países, entre ellos España, a Bayer le incautaron los bienes. En España tenían fábrica en Barcelona y lógicamente vendían Aspirina ya con la cruz de Bayer. Esos bienes se pusieron en subasta pública y esta empresa asturiana, pequeña pero con músculo financiero, compró esos bienes para poder poner la marca Aspirina y la cruz de Bayer en el producto que fabricaban aquí. Ahí empieza la relación con Bayer, que una vez reconstruida, en 1969, compra el 51 por ciento de las acciones de esta planta para recuperar el poder utilizar la marca Aspirina y la cruz de Bayer en España. En 1981 ya compra el 100 por cien de las acciones. En un momento dado, con la llegada del mercado único europeo, deciden concentrar el Langreo la producción del principio activo de la Aspirina y desde 2012 fabricamos todo el ácido acetilsalicílico que Bayer necesita para sus productos.

–¿Y cómo llegan a ser el productor mundial de nifedipino?

–Bayer hace mucha investigación y de esa investigación salen productos nuevos que hay que fabricar. Esos productos se fabrican en una planta de Alemania que, lógicamente, deja de fabricar otras cosas. Aquí nos enteramos de esa situación y pensamos que con la tecnología y los conocimientos que tenemos, podríamos fabricar ese producto que iban a dejar de hacer en esa planta de Alemania para dejar sitio al producto nuevo. Lógicamente había una competición interna pero finalmente se decidió que el lugar más adecuado para hacer el nifedipino era Langreo. Se decide así porque es un producto del que se hace mucho volumen y nosotros tenemos mucha experiencia en grandes volúmenes.

–¿El nifedipino es el futuro de la planta de Bayer en Asturias?

–El futuro está en mantener estos productos e intentar traer más. Tenemos vocación permanente de intentar crecer, sabiendo que en la industria farmacéutica solo creces si la investigación da frutos y tienes productos nuevos que se vendan. Estamos siempre atentos a levantar la mano donde sea, generalmente en Alemania, cuando vemos cualquier producto que se pueda fabricar aquí.

–¿Qué inversiones tiene previstas Bayer en Lada?

–En los últimos cinco años hemos invertido más de 25 millones de euros principalmente en mejora de procesos, unido a automatización y digitalización, y temas de sostenibilidad. Hemos reducido en cinco años la huella de carbono en más de un 50 por ciento. Las inversiones de cada año las queremos destinar a mejora de procesos, a hacerlos más eficientes, que eso siempre te asegura la competitividad, y al tema de sostenibilidad.

–Con el desmantelamiento de la térmica de Iberdrola que está junto a la planta de Bayer, tiene espacio para crecer, ¿tienen prevista alguna ampliación?

–No tenemos ninguna en curso, aunque siempre estamos atentos a cualquier oportunidad que pueda surgir. Es cierto que va a quedar espacio pero a día de hoy no hay nada previsto, aunque obviamente siempre estamos atentos a cualquier oportunidad de crecimiento.

–Y en el sentido contrario, ¿habrá reducciones de plantilla?

–No. Ahora mismo tenemos estabilidad dentro de las estabilidades que hay hoy. Estamos en un momento de estabilidad en la plantilla y en las producciones.

–¿La facturación, bien?

–No tenemos facturación propia. Nuestro producto lo mandamos a otras fábricas de Bayer donde hacen el producto final. Prefiero decirlo de otro modo. Todos los días, absolutamente todos, hay 20 millones de personas en el mundo que toman un comprimido que lleva dentro el principio activo fabricado en Lada. Al margen de que todos venimos a la planta a trabajar, a ganarnos la vida, en las reuniones con los compañeros siempre digo que es un orgullo que 20 millones de personas en el mundo utilizan a diario tu producto porque les viene bien para la salud. Y eso es lo que nos tiene que motivar.

–¿Cómo le gustaría dejar la fábrica cuando se jubile o deje de ser director. Cuál es su sueño?

–Me pregunta por el futuro pero me gustaría mirar hacia el pasado. Me gustaría escribir la historia de la fábrica para que se reconociese su importancia. Respecto al futuro, me gustaría dejar esta planta teniendo otro producto tan importante como la Aspirina.

–No todo el mundo, ni siquiera todos los asturianos, saben que aquí, en Lada, se fabrica el principio activo de todas las Aspirinas que se venden en el mundo.

–No, yo me enteré cuando estaba en la carrera, que vinimos a conocer la planta. Eso sigue pasando, viene gente de la Universidad y se enteran en la visita. Si tuviésemos una máquina expulsando cajas de aspirina sería distinto, pero aquí hacemos el principio activo y lo que se ven son sacos, que no es tan bonito, y eso influye, pero creo que últimamente eso está cambiando y hay más gente que lo sabe. Tenemos la sensación de que en Asturias estamos apartados y que desde aquí no se puede hacer nada, pero nosotros exportamos desde Lada a todo el mundo, y no desde hace cinco días, desde hace 30 años.

–Desde Lada, que es donde está la fábrica aunque sea Bayer La Felguera.

–La planta es Bayer La Felguera y tiene su explicación. En los años 80 en Alemania empezaron a dar nombre a las plantas de Bayer. Aquí enviaban las cartas a un apartado de Correos que estaba en La Felguera, entonces lo que escribían los alemanes era La Felguera. Cuando le dieron el nombre oficial, pusieron La Felguera. Está registrado así en 142 países, que es donde se vende la Aspirina. Andar cambiando el nombre en los registros de los países es muy complicado.

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