El CAI de Pando sale al fresco: el centro de integración langreano improvisó charlas entre sus usuarios y los vecinos en la calle para "visibilizar a las personas con discapacidad"

"Lo que buscamos con esta iniciativa todas las personas que trabajamos en el centro ocupacional de Pando es invitar a los vecinos a sentarse con nosotros y charlar", señalaron los responsables del centro

Por la izquierda, Montse Sánchez, Mario Merino y Pepi Villalobos. | M. Á. G.

Por la izquierda, Montse Sánchez, Mario Merino y Pepi Villalobos. | M. Á. G.

M. Á. G.

"¿Te animas a conocerme?". Esta era la invitación lanzada ayer por Mario Merino a través del cartel que sostenía entre las manos, sentado en una silla en pleno centro de La Felguera, junto a varios asientos más que pronto se llenaron. Mario es aficionado al fútbol, apasionado del Barcelona y admirador del juego de Messi. También le gusta mucho la música y Bustamante está entre los cantantes que suele escuchar. Todo esto ya lo sabían su familia y sus compañeros de centro de apoyo a la integración (CAI) de Pando, en Langreo. Desde ayer también están al tanto las personas que decidieron aceptar la invitación de Mario y pararse a conversar con él.

El epígrafe de la iniciativa ("Silles al fresco") ya daba una idea de lo que se pretendía con el montaje realizado en la calle Celestino Cabeza de La Felguera, en el tramo entre la plaza de Abastos y el parque Dolores F. Duro. Hubo sillas –hasta sumar más una docena de "tertulias sedentes"– y hubo fresco, combatido con ropa de abrigo y un paraguas junto a cada asiento para guarecerse de los ratos de orbayu.

"Lo que buscamos con esta iniciativa todas las personas que trabajamos en el centro ocupacional de Pando es invitar a los vecinos a sentarse con nosotros y charlar. Un poco lo que han hecho nuestras abuelas en el pueblo o en la barriada, y que hoy se convierte en una acción reivindicativa y cultural. Queríamos invitar a la gente a parar y conocer otras realidades", indicaron los organizadores de una propuesta ideada y coordinada por Agustín Rubio-Iglesias, monitor de teatro del CAI de Pando.

Cada silla estaba ocupada por una de las personas usuarias del centro de Pando, que ofrecía otra silla a la persona que quisiera sentarse a su lado. Después de charlar unos minutos, podían pasar a la siguiente silla donde había otro usuario del CAI. Así hasta completar, si se quería, la docena de punto de conversación repartidos por toda la calle.

Junto al lugar en el que estaba Mario, se acomodaron Montse Sánchez y Pepi Villalobos. "Nos parece una iniciativa muy buena para conocer a las personas que están en el CAI. Hemos hablado de todo, de deporte, de música, de ocio... Ha sido una charla muy buena", expresó Sánchez.

La temática de las conversaciones no estaba predeterminada, como indicó Nieves Mejuto, directora del CAI. "Cada uno decidía de lo que quería hablar. Nuestro primer objetivo era estar en la calle para visibilizar a las personas con discapacidad y luego invitar a los vecinos que quisieran pararse. Y la respuesta ha sido muy buena", destacó.

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