Un símbolo de la sanidad pública que se desmorona: el hospital de Murias cumple diez años cerrado y con un deterioro sin freno

Los vecinos asumen con desanimo que el equipamiento puede verse abocado al derribo, peso a que hubo propuesta para su reutilización

En Mieres aún es frecuente que muchos vecinos se refieran a hospital comarcal como "Murias", en referencia a la que fue su ubicación durante 60 años, hasta que en 2014 se trasladó el servicio a Nuevo Santullano. Pese a que el viejo centro sanitario lleva ya diez años en desuso, su vinculado con la actividad médica perdura en la memoria colectiva. Pero más allá de simbolismos, la realidad es que el antiguo hospital de Murias acaba de cumplir una década sin actividad. El inmueble ha sido en este tiempo literalmente desvalijado y a estas alturas no hay en el horizonte expectativas de uso.

El Ayuntamiento reclamó hace ya aproximadamente tres años a la Seguridad Social, propietaria del inmueble, que procediera a su "cesión o alquiler" si hubiera alguien interesado "para su puesta en valor". Una de las propuestas era poner en marcha una residencia de personas mayores en el abandonado inmueble. Este proyecto lo defiende la Agrupación Vecinal de Mieres, que abre el abanico de posibilidades a una actuación que tome la forma de pisos tutelados: "Se trata de una iniciativa viable y que permitiría mantener un uso social del equipamiento, dando cobertura a los problemas de envejecimiento de la población", sostiene Arsenio Día Marentes, presidente del colectivo. La Seguridad Social, de momento, no ha hecho ningún movimiento ni gesto que haga entrever interés por buscar uso al viejo hospital. Se han puesto sobre la mesa –sin resultado– otras iniciativas. Una de ellas la planteó la cooperativa El Maeral, sugiriendo el inmueble como sede para distintas actividades de aprovechamiento forestal y agrario.

El antiguo edificio sanitario de Murias cumple no solo una década cerrado, sino que también celebra el 70 aniversario de su construcción. El ala más próxima al casco urbano es de más reciente desarrollo. Esa estructura es la que el movimiento vecinal percibe que tiene más posibilidades de ser recuperada para albergar algún proyecto generador de empleo y recursos económicos. Ahora bien, si las administraciones públicas no logran impulsar ninguna actuación, los colectivos del valle de San Juan piden que la propiedad salga a subasta. Sería lo que perciben como una alternativa al actual proceso de deterioro de las instalaciones, que durante los últimos años han sido "impunemente saqueadas por los ladrones".

Los vecinos del valle de San Juan empiezan a mirar más con recelo que con ilusión las deterioradas instalaciones de Murias. En el caso de que no surjan proyectos, como hasta ahora, y tampoco se contemple la subasta, el movimiento vecinal no ve otra salida que proceder al derribo para garantizar la seguridad en el entorno. "De no tomarse en consideración ninguna medida o ser inviable la subasta de los terrenos por parte de la Seguridad Social, con compromiso de su uso y gestión de quien lo adquiriese, lo más adecuado sería su demolición", apuntan Ángel Luis Rubio, portavoz de la Coordinadora "L’Agüeria San Xuan ¡también existe!". Sería, afirman, una medida "dolorosa que lamentaríamos tener que aceptar". Pero subrayan que el deterioro del edificio avanza a un ritmo que pronto lo convertirá en "un peligro".

La Policía Local y la Guardia Civil han tenido que intensificar la vigilancia sobre las instalaciones del antiguo hospital comarcal. El persistente saqueo que han sufrido las viejas dependencias sanitarias a lo largo de los últimos años no ha podido ser erradicado con las medidas adoptadas, primero con cámaras de vigilancia y, luego, con el vallado perimetral del inmueble y cierre de los accesos. Los vecinos son testigos del imparable deterioro del equipamiento. Con frecuencia demandan presencia policial al percibir la presencia de personas sospechosas en los alrededores. Las fuerzas de seguridad vienen realizando controles con frecuencia, pero sin resultados. "Es un edificio enorme, con muchos recovecos y habitaciones, por lo que sería necesaria unas actuaciones de varias horas y con muchos efectivos para encontrar a alguien escondido dentro", señalan los vecinos. Con todo, se han llegado a reunir en Murias hasta tres patrullas para inspeccionar los bajos, la última vez en febrero.

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