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Dando la lata

Cien días

Una nueva decepción en la tertulia del contenedor. Ninguno de nosotros fue seleccionado para encabezar un ministerio. Y eso que había muchas más probabilidades que de que nos toque la lotería. Ni por esas. Tenemos un par de afiliados del PSOE, otro de IU y una de Podemos que ya se veían haciendo las maletas y camino del despacho oficial, con sus respectivas parejas, por supuesto. Porque la nueva política se lleva a pares, como hacen los norteamericanos con su presidencia. Así, tenemos un consejo de ministros multitudinario y la mar de familiar. Y el que no halla asiento a esa mesa para su media naranja puede arreglarlo con otro cargo de relumbrón. Pero nos dejaron a todos fuera. Qué desilusión.

Anoche aprobamos por los pelos respetar la tradición de los cien días de tregua. Voxianos, peperos y cuidadines no están por la labor. Va a ser complicado sujetarlos durante tres meses. De hecho, ya están inflamados al máximo, y eso que el numeroso gobierno de coalición acaba de empezar. O se calman o no llegan a la meta. También es cierto que el palacio de La Moncloa ha arrancado pisando unos cuantos charcos sin pararse a comprobar cuánto cubren. Ayer una embarazada me consultó cuándo se produce la transmisión de la propiedad de su hijo a la ministra Celáa. Por ahora, mientras se mantenga en el seno materno, siguiendo el principio de "Nosotras parimos, nosotras decidimos", la titularidad parece corresponder en exclusiva a la mujer, que hasta puede decidir que viva o no. Pero una vez acontecido el parto, la cosa ya no está tan clara. Pero la responsable de educación de este Gobierno lo explicará, sin duda, con la habilidad que la caracteriza.

Todavía quedamos unos pocos románticos que consideramos que la cortesía no debe perderse. Y los cien días eran una costumbre bonita y sensata. Porque antes de lanzarse a cuchillo es recomendable dar tiempo al nuevo ejecutivo para que inicie su andadura de aciertos y equivocaciones. Esto no significa mantenerse en silencio, pero sí aplazar la oposición furibunda unos cuantos días.

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