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Heri Gutiérrez

Tribuna

Heri Gutiérrez

"Sois todas unas zorras, salid de vuestras madrigueras"

Los sucesos en el colegio mayor Elías Ahúja y una reflexión sobre el sistema educativo

No, mil veces no; ni estos voceros tienen escrúpulos, ni nadie tiene el derecho para injuriar a su prójimo de esta manera. Lo más vergonzoso, es que ha tenido que ser un vídeo subido a las redes por una de las chicas vejadas para que se haga evidente, ante la sociedad, algo que de todos era conocido y que terriblemente algunos justifican como divertido, parte de las novatadas y de los ritos de paso de los universitarios. No, no son solo las chicas del colegio mayor Santa Mónica las únicas que tiran el rey al tercer movimiento de partida y se solidarizan con sus compañeros-agresores: "Son unos niños buenos... Es solo en broma… Claro, es que desde fuera no se entiende", decían, ellas, ante las cámaras. Chicas jóvenes haciendo suyo y verbalizando el mismo relato que las víctimas de violencia de género usan para exculpar al maltratador que las ejecuta, día tras noche, en el silencio del hogar.

Vídeos, audios y contenidos diversos se han descubierto ahora, olvidados en los aparadores del oscurantismo más cafre, con más de una década de reposo en las vitrinas del machismo más soez. Unos con grabaciones donde ellos las violentan a ellas; pero además otros en los que éstas agreden a otras chicas de colegios próximos. Una suerte de relaciones-agresiones de predación hacia los de la misma especie que raya con el canibalismo social más blasfemo y reaccionario.

Ya está el caballo dentro de las murallas de Troya, y que más da. Ante tal monstruo y para quedar bien en la foto los dirigentes patrios se rasgan las vestiduras, claman venganza y piden castigos. Habría que preguntarse cuantos eran conocedores o quizás participantes en sus tiempos mozos. Incluso, recientemente alguno firmó artículos, subidos de supremacismo, para las fiestas colegiales de la hermandad de turno. Y en este "sindiós", ha tenido que ser la Embajada de Alemania la que puso cordura denunciando los saludos nazis de estos caballeros. Por que allí un "seig heil" es delito.

Sociedad hipócrita más allá de la Academia, recordad el whatsapp del señor Iglesias, exvicepresidente español, presuntamente contenedor de toda serie de "perlas", dignas de un sátiro, contra la periodista Mariló Montero; entre ellas "azotar hasta sangrar". Sí, luego se disculpó, igual que ahora la mesnada del colegio mayor Elías Ahúja. Pero eso, amigos, ya no vale; por que tanto "dar p’atrás" y blanquear comportamientos similares es pábulo para que boy-bands de cachorros neonazi salgan a escenarios y redes sociales elogiando y desafinando sobre el golpe de estado de 1936 y la necesidad de marginar a rojos, personas LGTBI, y en el fondo a todos los que tengan más de dos neuronas en su cerebro sin que al conexionar se cortocircuiten. Será por envidia.

Algo falla. Pero, ¿el qué? En medio de todo este sarao, lo fácil, lo atávico y manido, es atacar la educación o a sus profesionales y que quienes diseñan las políticas del ramo voceen contra lo que ellos y ellas mismos han parido. Como si tras cada cambio de Gobierno, las leyes nacieran como los humanos en la distopía de Aldous Huxley "Un mundo feliz", es decir en una incubadora que aleatoriamente iba inyectando alcohol y otras sustancias extrañas en los cerebros de fetos embolsados en placentas de vinilo para distribuir a los neonatos en la pirámide social. ¿Os suena?

Para castigo eterno de algunos iluminados legisladores, hace unos meses, Arturo Pérez-Reverte escribía un artículo titulado "Ahora somos un país de genios".

Lo más patético, es que nadie hace caso de quienes vivimos en la enseñanza –no de ella–, ni se nos consulta. Claro, como ellos saben de todo y son omniscientes… Por eso son políticos, coño. Y además los palmeros de turno se convierten en talibanes de oficio, justificando medidas como el aprobado universal para descrédito social, el desplome del conocimiento, la debacle y el olvido del acervo cultural por que eso no importa. Luego, los mismos genios, se quejan de la falta de médicos, enfermeros, ingenieros, etc. Cómo los va a haber, sí cuando los alumnos llegan a la Universidad lo hacen despojados de las herramientas y conocimientos necesarios que si poseían, de serie, las generaciones anteriores.

Se derrumba la calidad educativa y sublima hasta el paroxismo el culto al "dolche far niente", desterrando el compromiso con el trabajo personal como garantía de superación ante las adversidades. Y cuando estas llegan, que no tardan, el ser humano sin recursos se convierte en un paria, un marginado social muy fácil de manejar y engañar por las élites que sí tuvieron recursos y oportunidad para aprender y formarse. Jó; otra vez llegamos a los colegios mayores, privados y adscritos a universidades diversas. Sí, amigos, sí; por que pese a que se nos quiera narcotizar, quienes llegan arriba son los usuarios de dichos santuarios de oportunidades a cambio de pasta gansa, claro. Los cachorros de linajes que generación tras generación se repartieron esa España, suya, nunca nuestra. Los mismos y las mismas que disfrutan de capeas en las que los ajenos a su credo les servimos de morlacos para el descabello.

Pero no nos engañemos, este canibalismo social es algo estructural y trasversal y el machismo detectado por el Ministerio de Igualdad es solo una rama de un árbol en el cenagoso bosque de la opresión. España nunca vivió una ruptura catártica en la estancada y hedienta sociedad que heredamos desde tiempos del Antiguo Régimen que reinaba antes de la Revolución Francesa. Que sigamos en las mismas es cosa nuestra, yo dudo que los usuarios de las puertas giratorias hagan algo más allá de actualizar, camada tras mesnada, los cánticos con que se plasma la segregación social de un país que cada vez da más rubor.

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