Hay libros que entran por los ojos. Como Bel, amor más allá de la muerte, una preciosa edición de SM que juega con la tipografía, los colores y las perspectivas en una portada irresistible. Y que incorpora CD con sorpresas añadidas. Muy oportuno para la mejor novela juvenil de su autora, Care Santos, una escritora que desde siempre se tomó en serio la literatura juvenil. Tiene una ventaja: se lo pasa en grande escribiendo, y eso se nota, vaya sí se nota. Como siempre, su novela trata al lector con inteligencia y sensibilidad. Le plantea un desafío que garantiza el entretenimiento y, sin llevarlo como ostentosa pancarta, la enseñanza. Bel habla del dolor y la tristeza, de la esperanza y el amor, de la soledad y el desamparo, de la amistad y el coraje. Como siempre, su novela enlaza escenas que se visualizan en el acto gracias a la capacidad de la autora para dibujar escenarios, personajes y atmósferas con pinceladas exactas. Como siempre, su novela se pliega cuando es necesario para ocultar información y mantener intacto el interés del lector, y de repente se despliega para que la sorpresa de lo inesperado lo atrape sin remisión. Placentera condena la que impone una escritora que, libro a libro, ha forjado un oficio que se mantiene alejado de la rutina y el conformismo: cada nueva obra es fruto de un entusiasmo ilimitado. Como si fuera la primera.

Bel es una chica 16 años que sufre un accidente. Y muere. Pero su espíritu sigue ahí, atrapado en el más acá. Y necesita encontrar la razón de su muerte para saber por qué sigue cautiva de la vida terrenal. Su odisea la conducirá por un laberinto donde el misterio, el peligro y la aventura se mezclan en vertiginosa armonía, con una cadencia musical en la prosa que evidencia el cuidado con el que la escritora elige cada palabra, sin dejarse llevar por lo fácil o lo previsible. Las 445 páginas de Bel son un viaje en una montaña rusa que interesará a jóvenes de espíritu de cualquier edad porque cualquiera podrá reconocerse en esa muchacha perpleja, asustada y valiente que busca respuestas a las preguntas esenciales que se formula el ser humano, y que en la adolescencia son especialmente hirientes, incómodas y perturbadoras. Como una canción de vaivenes alocados y remansos de turbia serenidad, Bel es, con derecho propio, la más brillante novela juvenil del año escrita con tinta española.