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Herminio, una exposición diferente

El artista muestra en el Museo Antón dibujos surrealistas y una serie de las piezas con las que inició su personal proyecto escultórico

Herminio, una exposición diferente

Con la muestra que hoy se inaugura en Candás, Herminio será el único artista que habrá expuesto en el principal circuito de espacios museísticos de Asturias: Museo Provincial de Bellas Artes, Museo Barjola, Centro Cultural Edificio Niemeyer y Centro de Escultura Museo Antón. Lo comento sobre todo por curiosidad estadística, pero también porque pone de manifiesto la importancia y trascendencia de su obra, como un dato más a añadir a sus numerosas exposiciones individuales, desde Madrid a París o Tokio, o la presencia de su obra en ferias de arte de Europa y América, incluyendo su cita anual en ARCO con su galería Cayón de Madrid.

Si la más ambiciosa y espectacular de dichas exposiciones, también la más reciente, tuvo lugar en el Edificio Niemeyer, el pasado 2012, por el reto que suponía la instalación de sus 35 obras, la mayoría de gran formato, en diálogo con la enorme, circular y compleja arquitectura interior del centro avilesino, el reducido espacio, pero también su diferente contexto cultural y ambiental, del entrañable y recoleto Museo Antón exigía otro tipo de proyecto expositivo. Por eso ha sido un acierto plantearse esta exposición que reúne dibujos del artista y obras de escultura que pertenecen a los primeros tiempos de su etapa de tensiones y equilibrios.

Porque, por una parte, Herminio expone por primera vez una serie de dibujos que, además, no son de los llamados "dibujos de escultor", aquellos que se realizan para plasmar una idea o bocetos previos a la obra escultórica. Tampoco son dibujos convencionales descriptivos de la naturaleza, ni ejercicios de abstracción geométrica sino que son "imágenes de la imaginación", formas, personajes y situaciones llegadas del subconsciente, de lo soñado, vivenciado o inexplicable, de las que el artista suele tener conocimiento en el momento de dibujarlas. Todos hemos dibujado alguna vez así, pero Herminio lo hace desde hace muchos años, como entretenimiento o terapia, pero en todo caso constituyen una creación artística y una curiosidad que era desconocida. Son evidentemente dibujos de estirpe surrealista, con una clara vocación caricaturesca y sarcástica, divertidos, imaginativos y traviesos, como realizados por aquellos "gremlins" del cine, aunque en ocasiones conviven con formas que recuerdan elementos de las esculturas de su autor.

La escultura no resulta menos interesante y novedosa, porque Herminio ha reunido una serie de obras entre aquellas con las que inició su personal creación plástica. Son piezas muy sugestivas, incluso en el primitivismo de su forma, escuetas y frágiles, con materias orgánicas, raíces o ramas, y sobre todo alambres dibujando elementales figuraciones, objetos, ruedas, barcos columpios, trazas de paisajes, hasta la humorada de un autorretrato, pero en todos los casos figuras ya alimentadas por el mágico juego de equilibrios y tensiones que ha hecho famosa su escultura desarrollándose hasta sustentar los grandes volúmenes o las hermosas formas geométricas de su creación. Será difícil volver a tener ocasión de contemplar un conjunto de obras de tanto interés artístico e histórico como este, junto a las que también se exponen otras piezas de gran atractivo didáctico y lúdico, aunque al margen del sentido conceptual y plástico que da sentido a la estética del artista. Una exposición interesantísima por muchos conceptos.

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