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El lugar de la memoria

Raquel F. Menéndez, entre la referencia cultural y la observación personal

El lugar de la memoria

Con sus ojos grandes y un vuelo elegante e inquieto, la libélula recorre su mundo atenta a lo que ocurre: como la poesía que Raquel F. Menéndez reunió en su primer libro, Libélula, con el que ganó el III Premio de Poesía de la Universidad de Oviedo en 2013. Las dos partes en las que organiza el volumen marcan también dos de las maneras que tiene de acercarse a la creación poética: una erudita, la de la primera parte, en la que se arropa con muchas referencias de la literatura o de otras artes: Vallejo y Plath, Patti Smith y Mestre, Tolstoi y Eliot, Charlot, Frida, Lisístrata... En la segunda parte, sin abandonar del todo ese culturalismo (Marilyn, Frida, Garbo, Monterroso, el principito...), es la observación personal y la preocupación social, el dolor humano, la voz que más se oye en sus versos.

Raquel F. Menéndez definió la poesía como el lugar de la memoria. Tal vez por eso, aunque su lengua literaria es la española, también escribe en asturiano algunos poemas, no tanto por el peso que pueda tener la más reciente tradición creativa en este idioma como porque es, como ella misma reconoce, la lengua de las mujeres que la criaron.

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