En un viejo país de reyes crápulas,
donde la corrupción pasta en las manos
y gobiernan los pícaros, el necio,
en vez de los honrados y los sabios
(hablo de España, claro, siempre en guerra
consigo misma y su áspero pasado),
no consentir ya más, alzar la voz
y vivir sin dar tregua a tanto engaño.
(Inédito, de Pequeños poemas robados)