Reciente aún el centenario de la muerte de Jack London (1876-1916), la editorial argentina Eterna Cadencia ofrece una antología de sus relatos ambientada en los territorios regados por el río Klondike. Afluente del Yukon, en la frontera de Canadá y Alaska, el Klondike dio nombre a una de las fiebres del oro de finales del XIX. Como recuerda el compilador y traductor de Once cuentos de Klondike, Jorge Fondbrider, London tenía 22 años cuando, en 1897, supo de la fiebre y se lanzó a una durísima aventura a la que dedicaría todo un año. El californiano iba en busca de oro, pero aunque la fortuna no le sonrió sí que le dio material precioso para escribir una increíble cantidad de artículos, cuentos y novelas durante más de una década. Aquí está el London de las experiencias al límite, los campamentos de buscavidas, los lobos, los 40 bajo cero y esa última cerilla, la de Encender un fuego, de la que depende seguir vivo. Una joya.
