La pasada semana fue de mucha actividad para Herminio Menéndez, el escultor de La Caridad, más bien inclinado al sosiego y la creación en la soledad de su taller, aunque contribuir al protagonismo y el conocimiento de su obra bien merecía el esfuerzo. El sábado día 20 inauguraba una gran exposición en su galería Cayón de Madrid, ocupando los dos espacios de los que dispone esta galería en su nueva instalación, los números 7 y 9 de la calle Blanca de Navarra. Uno de estos espacios estaba dedicado a lo que pudiéramos llamar su "manera frágil", los mágicos y esencializados equilibrios "de visión tan lúdica como constructiva" en palabras del crítico Castro Flórez, piezas de elementales líneas metálicas rojas en las que es el espacio y no la masa lo que determina la sugestión de la obra, intensificada por la incorporación de espejos que amplían la visión en un diálogo entre el espacio real y el virtual. En la otra sala de la galería se instalaron tres grandes piezas negras, solemnes y bellísimas que, pureza esencial de su trazo y en la articulación de conjuntos escultóricos, proporcionan nuevas experiencias de contemplación, extendidas luego a equilibrios, tensiones y movimientos de una obra singular cada vez más inclinada, nunca mejor dicho, a la diagonal de lección suprematista.
La inauguración de la muestra, con asistencia de coleccionistas, artistas y medios de información, tanto madrileños como asturianos, un sábado a las doce, tuvo lugar el día anterior del desplazamiento de Herminio a Las Palmas para impartir un "Taller de Arte y Debate", en el Centro San Martín de Cultura Contemporánea, que se desarrolló a lo largo de la semana. Patrocinado por la fundación Acuoron y organizado por AICAV (Asociación Islas Canarias de Artistas Visuales), este taller responde al proyecto de su presidente, Leopoldo Emperador, escultor, pintor y muy activo gestor cultural, de reeditar otros talleres sobre arte actual que hace algunas décadas resultaron importantes en la formación de creadores hoy destacados en el panorama artístico local.
La elección de Herminio para iniciar esta interesante experiencia está bien justificada, ya que, además de ser una destacada referencia en el arte escultórico español con proyección internacional, a los valores estéticos y formales de su creación artística añade el interés adicional de una técnica personal que la singulariza: la utilización de campos magnéticos capaces de producir equilibrios, tensiones y movimiento.
Como era de esperar los jóvenes artistas isleños siguieron con el mayor interés, fascinación incluso, las explicaciones de Herminio, que además se había trasladado con abundante material que hacía posible la articulación en directo de diversas piezas, lo que prueba una vez más la generosidad también artística del personaje. La proyección de vídeos, charlas, debates y conversaciones, en los que en pequeña medida tuve la oportunidad de participar, completaron esta actividad que fue ampliamente recogida por los medios informativos y especialmente el diario "La Provincia", del grupo Prensa Ibérica.
Para Herminio fue una gran satisfacción impartir este taller porque al placer de convivir y enseñar a los jóvenes artistas se unía la posibilidad de abrazar a Martín Chirino, ese tan admirado y querido caballero canario del arte cuya obra escultórica es a la vez memoria de la cultura ancestral de las islas, y esencia de su naturaleza, y parte indispensable del mejor arte español del siglo XX.
Martín Chirino conoció a Herminio en la inauguración de la exposición de Miguel Galano en "As Quintas", porque había ido a La Caridad, desde su casa veraniega de Tapia, precisamente para encontrarse con él. Visitó su estudio y a partir de ahí se produjo una amistad y mutua admiración que se consolidó ahora en Las Palmas en gratísimos días de charlas distendidas, con la participación también de un personaje tan entrañablemente recordado como Guillermo García- Alcalde, el periodista asturiano que hace tiempo se fue a dirigir el "Eco de Canarias" y hoy es una figura de relieve en el mundo cultural y periodístico de Las Palmas. La visita a la impresionante fortaleza del Castillo de la Luz admirablemente restaurado, que es la sede de la Fundación Martín Chirino y su compañía fue, como era de esperar, una experiencia muy enriquecedora.
