Decía el "Príncipe de Asturias" Sáenz de Oiza que las casas son como las ovejas, que en Castilla si las sueltas se unen en un rebaño, como los pueblos se aprietan contra la iglesia y su torre, pero si las dejas por las montañas del norte cada una va a su antojo, desperdigada. Esta dispersión poblacional, que se acentúa cuando se hace montaraz, no es muy fácil de llevar desde la administración. Disponer viales y servicios a puntos distantes y su mantenimiento es complejo. Por otro lado recorriendo carreteras montañosas suizas (a la búsqueda de la obra de Zumthor) vemos que son muy precarias, y no será por dinero. El crítico inglés John Berger vivió durante más de treinta años en un pueblo de la alta Saboya Francesa, cerca de Ginebra, dónde escribió Una vez en Europa viendo el continente desde el ámbito rural. ¿Es lo que queremos? ¿Urbanitas cultos en busca de su Arcadia? o, más bien mantener a los que surgen de la tierra, como Seamus Heaney, que poco antes de cerrar sus rasgados ojos nos visitó en Avilés partiendo terrones con sus versos.
Asistí a un encuentro en el Monasterio de Corias del Grupo de Desarrollo Sostenible de la Facultad de Derecho de la Universidad de Oviedo. Bromeaba con su directora, la catedrática Rosario Alonso, por el hecho de que la cultura volviera a los conventos. Aladino Fernández es otro pilar fundamental de este think tank que esta vez no pudo acompañarnos. Felipe Fernández (geógrafo) es quien lidera el Plan Especial del Suroccidente de Asturias y allí presentó sucintamente un documento que ya expuso en la Junta General del Principado (y que ustedes se pueden descargar en la red) (colaboraron Cristina F.Bustamante, Daniel Herrera y David Olay). Proponía actitudes globales, de futuro y antes de competitividad que de producción. Asociacionismo, conectividad, dotaciones, infraestructuras, servicios básicos, internet, marco normativo específico, emprendedores, formación?Llamaba la atención los dramáticos presagios en cuanto a natalidad y desertización que manejaba Felipe Fernández. Pirámides de población que hace mucho que ya no son pirámides. Pero el medio rural se muere como la araucaria del claustro de Corias sin que se sepa muy bien que hacer.
En los años ochenta redactamos el planeamiento de Ibias, y yo bromeaba entonces, dada la bajísima demografía, con que era más conciso poner una foto de cada habitante con su nombre que hacer estudios poblacionales. Me venía entonces a la memoria una de esas enciclopedias (que por cierto está en la curiosa exposición "No-Libro", en el edificio histórico de la Universidad) en la que aparecía una foto de los "fueguinos" que eran ya poquísimos. Pero las cosas no están ya para bromas y lo más interesante de la jornada fue lo que venía del público que Belén Liste, de la Asociación del Alto Narcea, había convocado en gran parte. Me enorgulleció como asturiano ver el nivel de los habitantes del medio rural. Espero darles voz con este escrito.
Vitorino, de Quei Vitorino, decía que él no quería hablar de competitividad sino de calidad sin enfrentarse a nadie, y que de las especies protegidas la humana es la más precaria en la situación que vive. Él quería un proyecto LIFE, como el del oso, para el hombre. Lo más profundo que dijo, analícenlo por favor, fue esto: "si queremos un reparto homogéneo de las políticas territoriales no debemos dar una respuesta igual en todo el territorio". Otro ganadero con nombre de poeta, Ángel González, decía, mostrando una cierta desidia por tanto plan y proyecto, una frase de Bismarck: "Los políticos miran a las siguientes elecciones, los estadistas miran a las siguientes generaciones". Amelia, de Casa El Cuarto, una próspera ganadería ecológica de Mieldes, donde se consiguió concentración parcelaria, hablaba de las legislaciones europeas que la constriñen, de cómo no la dejan crecer, y cómo los franceses, en cuanto a la elaboración de sus quesos se refiere, se pasan la ley comunitaria "por el Arco del Triunfo"(sic). También hablaron del lobo, de los purines, de que son ellos los que cuidan el monte si los dejan, del fuego, de que no se puede legislar desde tan lejos.
Hace veinticinco años ganamos el concurso de las piscinas y parque del Molín de Cangas del Narcea, con un proyecto que ahora se llamaría de Proud-Making, en el que proponíamos recuperar los muros de piedra, cabañas, pozos, la balsa del Molín para el baño, enterrar el edificio nuevo para ofrecer un menor impacto? y donde todas las especies vegetales empleadas eran las mismas de los bosques próximos. El jurado, presidido por José Manuel Cuervo, no premió proyectos lejanos que buscaban paseos fuertemente urbanizados junto al río...A veces es mejor aprender de lo que está más cerca de la tierra. De los que están más cerca de la tierra.
