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El gran crisol

La "americanidad", viene a decir C Pam Zhang en “Cuánto oro esconden estas colinas”, sólo se explica por acumulación, por bastardía

Cultura - Libros

Contar es el privilegio de los débiles, su forma de enfrentarse a los poderosos, su manera de oponer al discurso de la fuerza la fuerza del discurso. Por eso siempre hay un lugar y un tiempo para otra forma de narrar la Historia, la que se escribe con mayúscula. Otra estrategia para insertar las historias en la Historia y vencer la dictadura del relato único, inequívoco. La literatura es ese otro modo, esa vasta, confusa encuesta en torno a la identidad y a los mitos, al ocasional descrédito de lo que se considera seminal y apenas es interesado, la verdad de las mentiras que articula en torno a su despliegue la posibilidad de una segunda mirada, de una lectura no sancionada por la comunidad dueña de la voz y del sentido.

En “Cuánto oro esconden estas colinas” la pregunta más recurrente que se le hace a sus protagonistas, dos hermanas llamadas Lucy y Sam, es dónde han nacido. Sus ojos rasgados invitan a la duda. Pero su respuesta es siempre la misma: “Somos de aquí. De este país. De esta tierra. Del Oeste de América”. Es revelador que C Pam Zhang, escritora nacida en China y trasladada a los cuatro años a Estados Unidos, haya decidido remontar a la época de la fiebre del oro, a mediados del siglo diecinueve, y al género del “western”, tan viril en su devenir, tan dueño de otra sentimentalidad, tan proclive a otras coordenadas éticas (la sangre, el territorio, el héroe), este relato que acaso indague en sus propias paradojas y límites, en las luces y sombras que como mujer nacida en Asia y llegada a América siendo una niña habrá experimentado en carne propia.

La literatura es la estrategia para insertar las historias en la Historia y vencer la dictadura del relato único

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No por excéntrico, el resultado es menos seductor. Al contrario. C Pam Zhang ha urdido una obra notable en torno al carácter, la culpa, la vergüenza, el arrojo y la familia, y lo ha hecho sorteando la mayoría de tópicos que en una apuesta semejante cabría esperar. O mejor dicho. Ha aceptado los tópicos para otorgarles una nueva dimensión. En efecto, alientan aquí la proverbial astucia de los chinos, su hermetismo sentimental, su coraje colectivo, su ancestral paciencia o su resistencia al dolor, pero la novelista consigue revertir estos motivos a menudo instalados en nuestro pensamiento de modo acrítico para construir una feroz requisitoria contra el relato único. La americanidad, viene a decir esta novela, sólo se explica por acumulación, por bastardía. En la olla original de la población indígena, se vuelcan el puritano, el negro o el criollo para proponer una nueva forma de entender el mundo, un crisol vibrante. También el chino reclama su parte en ese relato fundacional, en esa aventura extraordinaria que empuja el tablero del territorio hacia el Pacífico y ensancha el nombre de América con la conquista del Oeste, y que esta novela de imágenes potentes y enorme plasticidad captura con un talento no exento de emoción, tan parecido a esa “camisa roja como un grito en la tierra yerma”. Muy recomendable.

Cubierta del libro

Cuánto oro esconden estas colinas

C Pam Zhang

Traducción de B. Gómez

Gatopardo ediciones, 320 páginas, 20,95 euros

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