Arte

Del todo y sus infinitas partes

Las pinturas de Jesús Zurita ofrecen resistencia ante un mundo basado en la uniformidad

Vista de la exposición.

Vista de la exposición.

Santiago Martínez

La representación de imágenes tan significativas como el león o el águila, protagonistas en esta muestra, podría haber sido suficiente como para realizar un análisis iconográfico de "Con parangón", nueva propuesta pictórica de Jesús Zurita en la Galería Llamazares. Son animales que poseen complejos significados y diversas connotaciones simbólicas que nos trasladan a las primeras civilizaciones históricas, a el Lamassu o la esfinge, y a toda una imaginería de raíz oriental, ligada a la mitología y a las religiones. 

Sin embargo, más allá de cualquier análisis interpretativo, la muestra se mueve en parámetros mucho más interesantes y trascendentes, transformando los motivos representados en pretextos para profundizar en asuntos ligados a la creación plástica y que, de alguna manera, obsesionan a este artista.

En primer lugar, creo necesario destacar la calidad de sus dibujos. Es en ellos donde mejor se advierte el virtuosismo técnico de este pintor y es a partir de sus nombres ("Parangón I", "Parangón II" …) que entendemos el sentido que posee el título de la muestra. El término hace referencia a algo que es análogo o semejante y que, contrariamente al sentido de la expresión sin parangón, frecuentemente utilizada en el arte para hablar de aquello que es único e incomparable, subraya como lo semejante es parte fundamental en la configuración de la obra de arte.

1. PARANGÓN I 29x42 cm

"Parangón I". / .

Son estos dibujos realizados con tinta roja, con plumilla y pincel, una auténtica delicia. El tratamiento del detalle es asombroso, las transparencias y gradaciones tonales aportan efectos aterciopelados y cristalinos que, más allá del placer de su contemplación, transmiten sensaciones y cualidades hápticas sugerentes. Siendo de pequeño formato (29x42 cm), sin embargo, poseen una rotundidad y presencia de carácter escultórico, pareciendo piezas germinales para sus obras de mayor formato. Como fruto de la enorme condensación de formas dibujadas, hay algo en ellos que lleva a intuir otras formas, imágenes dentro de la imagen, como si ese todo estuviera conformado por infinitas partes. Solo por contemplar esta serie de dibujos merece la pena una visita a la galería.

Me apoyo también en ellos para comentar otro aspecto fundamental de su propuesta: la valoración del límite. Se constata en el contraste entre las siluetas rojas y la infinitud del blanco del papel. Así ocurre también con uno de los acrílicos de gran formato y protagonista de esta muestra, "A-", refiriéndose a uno de los prefijos de negación que, en su trabajo, suele remitir al vacío. Un tronco que muestra con detalle sus desgarradas hebras contrasta con un inquietante fondo, profundo y homogéneo. Sobrecoge el detallado realismo del tocón de madera inmerso en la nada, con la presencia surrealista de un recipiente que, desde su trasparencia, muestra una réplica, a escala reducida, de la imagen principal. Invertido y, sobre todo, convertido en un espectro desnaturalizado, contradice su sólida e imponente presencia.

2. A .Acrílico tela. 200x200

"A-". / .

En obras como "Consonante" o "Fenómeno de borde", las poderosas imágenes que dominan las escenas encuentran su réplica en otras pinturas de la exposición, como la encuentran sus personalísimos rojos y azules o también la palidez que centellea en un rostro o un recipiente cerámico que es, en sí mismo, lleno y vacío. En el texto de presentación de la muestra comenta el artista: "Estos cuadros y dibujos atienden a la relación dentro de los mismos cuadros entre unas imágenes que hacen ecos y se extienden más allá de los límites del lienzo para reverberar en toda la exposición".

Estamos ante unas pinturas que requieren de tiempo para su contemplación y análisis, con una carga conceptual poco frecuente en la plástica contemporánea. Para descubrir y valorar las nuevas aportaciones plásticas de este artista, es interesante rastrear sus nutrientes, se intuye un importante bagaje estético y una profunda sensibilidad hacia el pensamiento filosófico y hacia la historia del arte.

3. ORDALÍA II. 2023. Acrílico tela. 55x46

"Ordalía II". / .

Ante tanta conmoción -porque realmente las piezas de gran formato imponen-, la sencillez y el silencio de las obras tituladas "Ordalía I, II y III" sobrecoge, despertando un interés especial. Remiten a los ritos antiguos y al "juicio de Dios", a la prueba definitiva. La sencillez del objeto representado contradice su presencia totémica. Sus perfiles están delimitados con ese profundo vacío que, frecuentemente, caracteriza su pintura, pero también desbordan el límite del lienzo en su parte inferior y superior, en una especie de redundancia en torno al límite. Las texturas de las cerámicas resultan extrañas, de una materialidad casi carnal que se ve reafirmada en la grieta que aparece en la superficie, de cariz orgánico, y que es más llaga que hendidura, remitiéndonos al relato religioso sobre la constatación tras la duda. 

El diálogo y la comunicación con estas obras favorece un entendimiento que va mucho más allá de sus apariencias, proporcionando múltiples lecturas, y desencadenando una extraña sensación que se debate entre la especulación y la certeza. Más allá de estas impresiones, las pinturas de Jesús Zurita ofrecen resistencia ante un mundo basado en la uniformidad, proponiéndonos un universo repleto de posibilidades que hablan de la verdad del arte como algo intrínsecamente relacionado con lo humano.

4. CONSONANTE. 2023. Acrílico tela.195x130

"Consonante". / .

Con parangón

Jesús Zurita

Galería Llamazares, c/ Instituto 23, Gijón. Hasta el 10 de febrero

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