Donde se juntan la historia y la ficción

Las distintas posiciones habidas en el debate sobre la Reconquista, expuestas en un libro del profesor de Universidad David Porrinas

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Óscar R. Buznego

Óscar R. Buznego

En el otoño de 1977, cuando apenas habían pasado dos años desde la defunción de la dictadura franquista, SADEI realizó en Asturias la primera de una serie de encuestas regionales, que tristemente finalizaría con la tercera una década después. El cuestionario fue elaborado por Rosa González Corugedo, pionera de la sociología empírica en la región y autora de «Sociología de Asturias», un librito publicado en la inolvidable Colección Popular Asturiana de la editorial Ayalga que dirigía José Antonio Mases, imprescindible para comprender la reciente transformación de nuestra pequeña sociedad. En una de las preguntas, se pedía al encuestado que señalara uno o dos hechos de la historia de Asturias que considerara importantes. El 64 por ciento no consiguió mencionar ninguno. Sólo el 5 por ciento fue capaz de señalar dos. El más recordado, con un número de alusiones muy superior a la Revolución del 34, la Guerra Civil y la creación de Ensidesa, fue la Reconquista.

El término ha suscitado una polémica, ya vieja, henchida de conjeturas, hipótesis y argumentos. A la palabra se le ha atribuido una amplia variedad de significados. Según escribe el profesor Ríos Saloma en uno de los capítulos más atractivos de este volumen, el primero en utilizarla para referirse al largo proceso histórico iniciado por Pelayo en Covadonga fue el valenciano Ortiz y Sanz, que hace referencia ella en su obra «Compendio cronológico de la historia de España», aparecida en 1796. La historiografía liberal, con Modesto Lafuente a la cabeza, aportó una definición y la empleó cada vez con más frecuencia, hasta que acabó por sustituir a la palabra «restauración», cuando el sistema político ideado por Cánovas monopolizó esta denominación. El «momento culminante» de la apasionante historia llega cuando en 1921 las academias de la historia y de la lengua convocan el premio Covadonga para conmemorar el 1.200 aniversario de la batalla, escaramuza según algunos intérpretes, librada en los picos de Europa contra los musulmanes. Invitado por Menéndez Pidal, su mentor en el Centro de Estudios Históricos, Sánchez Albornoz presenta el trabajo titulado «Instituciones sociales y políticas del reino de Asturias», cuyo manuscrito se ha perdido, y gana el concurso. El texto ofrecía la que sería por mucho tiempo la versión canónica de la Reconquista. El vocablo fue incorporado por la Academia de la Lengua a su Diccionario en 1936, antes de verse directamente involucrado, durante la posguerra, en el gran debate que mantuvieron en el exilio Américo Castro, autor de «España en su historia: cristianos, moros y judíos», publicado en 1948, y Sánchez Albornoz, que replicó con su «España, un enigma histórico», publicado en 1956, aparecidos ambos en Argentina, sobre la configuración social y cultural en la época medieval de un país en la actualidad llamado España.

Hecho cierto o magnífica invención, la Reconquista ha tenido una presencia continua, real o fantasmal, a lo largo de los siglos hasta hoy mismo en nuestro país. Objeto de manipulaciones de cuento y apropiaciones políticas de diverso pelaje, la investigación persiste en la búsqueda paciente de la evidencia con el propósito de asentar definitivamente la verdad histórica. Entretanto, unos defienden la pertinencia del uso del concepto y otros proponen sustituirlo debido a las adherencias que ha acumulado en su azaroso recorrido.

Este libro expone las razones de unos y otros. El profesor de la universidad extremeña David Porrinas ha tenido un gran acierto y ha realizado una buena edición. Está compuesta por ocho capítulos y un valioso índice analítico. Pone luz sobre el vínculo inicial de Asturias con España, una cuestión que está en el meollo de la polémica aludida y permanece aún sin desentrañar del todo.

¡Reconquista! ¿Reconquista? Reconquista

David Porrinas (ed.)

Desperta Ferro Ediciones, 261 páginas, 25 euros

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