Oviedo, Pablo ANTUÑA

Con cinco años empezó su aventura en el esquí. Y lo hizo por tradición familiar. Su padre había sido campeón de España. Y como no podía ser de otra manera sus descendientes estaban obligados a seguir su camino. «Desde pequeños nos inculcaron el gen esquiador a mí y a mi hermano y no tardamos mucho en cogerle el gusto», recuerda Miguel Martínez Pañeda.

Este ovetense de 23 años y estudiante de quinto de arquitectura en la Universidad Politécnica de Madrid acaba de conseguir el Campeonato de Asturias absoluto. Su idea en principio era participar en el de Madrid y Cantabria, pero el mal tiempo suspendió estas pruebas y repitió título en su tierra por segunda año consecutivo.

Pese a su juventud, en su palmarés ya cuenta además con un segundo puesto en el absoluto de Madrid y un vigesimotercer puesto en el Campeonato de España. Unos resultados que agradan a una persona que ante todo es un amante del deporte y un luchador. «Me considero una persona que intenta disfrutar al máximo con lo que hace y que intenta conseguir todo lo que se propone a base de trabajo y esfuerzo, no rindiéndome nunca y procurando siempre ver el lado positivo a las cosas», señala Pañeda.

Normalmente participa en pruebas de gigante, slalom y super-gigante, pero las dos primeras son sus preferidas. Y es que esquiar le produce una satisfacción enorme. «Me encanta la sensación de ir encadenando curvas con velocidad y de arriesgar en cada una de ellas inclinando hasta el límite y notando como te aplastan las fuerzas contra la nieve en cada curva y de, al llegar abajo, estar exhausto pero feliz», afirma el último campeón de Asturias absoluto.

Sin embargo, el hecho de tener que estudiar una carrera tan exigente le impide tener el mismo número de entrenamientos que sus rivales. Miguel debe limitar su preparación a los periodos vacacionales. «Intento aprovechar al máximo cada día, desde que abren hasta que cierran la estación si las condiciones lo permiten. Y al tener que enfrentarme en las carreras a gente de equipos de tecnificación, que esquían todos los días del año, procuro compensar mis escasos días de esquí con una muy buena preparación física», desgrana como secreto de su éxito este esquiador ovetense.

Y es que a su juicio los entrenamientos son la pieza más determinante en este deporte. «Lo que no eres capaz de hacer en un entrenamiento no lo vas a conseguir en las competiciones. Hay que tener cabeza cuando bajas, pero sin una buena preparación física y una buena técnica, no puedes hacer nada», apunta Pañeda.

Las competiciones las afronta con el Universidad de Oviedo. Aunque la temporada no está resultando todo lo bien que podría imaginar. «Pese a tener los mejores corredores de Asturias, no nos dejan entrenar en Asturias, algo que podemos hacer sin ningún problema en cualquier otro lugar de España o el extranjero», afirma. Aún así, en el aspecto individual tampoco tiene demasiada queja. Ha revalido su campeonato de Asturias absoluto y ha quedado en decimoctava posición en la prueba internacional que se celebró en Andorra. Por su parte, los Campeonatos de Madrid y Cantabria, en los que esperaba hacer un buen resultado, se acabaron suspendiendo.

En todos estos años ha vivido enormes experiencias. Aunque le cuesta determinar un momento único. «Lo que si guardo es un muy buen recuerdo reciente de la primera vez que gané un Campeonato de Asturias. Tras muchos años sin celebrarse y haberme caído el año anterior por haber arriesgado demasiado. Lo gané con cuatro segundos de diferencia sobre el segundo clasificado de la general y seis sobre el siguiente asturiano», recuerda.

Su juventud es la mayor valedora en una carrera que aún está despegando y en la que puede conseguir muchos éxitos. «Para este año tengo como objetivo ganar la Copa de la Cordillera Cantábrica, que voy liderando, y me gustaría hacer un buen puesto en los campeonatos de España Absolutos», comenta. Y es que sus miras también están puestas a un plazo más largo. «Me gustaría poder llegar a participar en una Universiada y entrar en el pódium de ciudadanos de un Campeonato de España Absoluto. Aunque sé que aún me queda mucho trabajo y entrenamiento para conseguirlo», concluye.