Shanghai, Efe

El español Jorge Lorenzo (Yamaha) se erigió en el gran protagonista de la segunda y última jornada de entrenamientos para el Gran Premio de China, cuarta prueba puntuable del Mundial de la especialidad que se disputa hoy en el circuito de Shanghai, al conseguir la cuarta plaza en la parrilla de MotoGP.

Llegó a China operado apenas hace dos semanas de un antebrazo, en el que sufría el denominado «síndrome compartimental» que tienen muchos pilotos por la gran carga de fuerza y muscular que tienen que soportar y, aún así, confiaba en poder luchar por defender el liderato del Mundial que comparte con Daniel Pedrosa (Honda). Pero el viernes, en los primeros entrenamientos, sufrió una espectacular caída en la que se fracturó un tobillo y se golpeó seriamente el otro.

Todos, desde su director deportivo, Daniel Amatriain, hasta el responsable de la clínica del circuito, el italiano Claudio Costa, le aconsejaban que no continuase, pero, haciendo gala de su gran tozudez, Lorenzo decidió continuar con los dos pies infiltrados.

Al principio le costó mucho coger el ritmo de carrera, pero poco a poco fue mejorando tiempos hasta situarse con el tercer mejor tiempo. Y así se habría clasificado de no ser porque en su última vuelta el estadounidense Colin Edwards (Yamaha) batió el récord del circuito y logró la pole por delante de Rossi (Yamaha) y Stoner (Ducati), quedando Pedrosa en quinta posición.