Barcelona, Europa Press

La plantilla del Barcelona volvió ayer a los entrenamientos, en la primera de las tres sesiones a puerta cerrada antes del partido del domingo ante el Mallorca en el Camp Nou, después de regresar de Madrid la pasada madrugada y encontrarse con una treintena de aficionados que increparon a los jugadores y al entrenador, Frank Rijkaard, por la derrota y la imagen que ofrecieron en el partido ante el Real Madrid (4-1).

Los hinchas increparon e insultaron a los jugadores y al técnico cuando éstos ya se encontraban en el autocar del club a su llegada al aeropuerto de El Prat, pasadas las tres de la madrugada, ante la presencia de los Mossos d'Esquadra.

Un día después, la plantilla retomó la actividad en un entrenamiento celebrado a puerta cerrada en el Miniestadi y cuando abandonaban las instalaciones en sus coches también fueron abucheados.