El barcelonista Andrés Iniesta recibirá el próximo 10 de enero, según todas las filtraciones conocidas y no desmentidas, el «Balón de oro», el primero unificado de la historia, como premio al mejor jugador del año 2010. Iniesta se convertirá, tras Luis Suárez, en el segundo nacido español en ganar el más prestigioso trofeo del mundo del fútbol, pero con mayor orgullo aún podrá un día presumir de haber puesto en pie a la afición del Espanyol.

No es fácil salir ovacionado de un estadio rival y menos aún si se trata del campo del vecino. Recuerdo a San Mamés rendido al embrujo de Quini y más recientemente al Bernabeu a la magia de Ronaldinho, pero que un «perico» se ponga respetuosamente en pie para recibir y despedir a un «culé» es un gesto que suma grandeza y resta miseria al fútbol, como grandeza sumó el recuerdo de Iniesta al desaparecido Dani Jarque en la final del Mundial. Y no en un momento cualquiera, sino en la celebración del gol del título.

Apuntan las filtraciones no desmentidas que Iniesta se llevará el «Balón de oro» por delante de Xavi (que sube así una plaza respecto al pasado año) y Messi (en el podio por cuarto año consecutivo). A Di Stéfano, que ya nacionalizado español ganó en dos ocasiones el «Balón de oro» (1957 y 59), le preguntaban hace unos días a quién de los tres se lo daría. «Uno (Xavi) es más organizador, otro (Messi) es más finalizador y el otro (Iniesta) es organizador y finalizador. Que lo hagan más grande y se lo repartan los tres», dijo. Usted sí que es grande, don Alfredo.

Mourinho, once sobre diez, ganó ayer con diez a once del Sevilla. Para explicar sus sistemas recurre a parábolas bíblicas y, así, el 4-4-2 es «el perro» y el 4-2-3-1 «el gato». Ayer, cuando expulsaron a Carvalho, transmitió a los suyos la nueva fórmula primero vía Pepe y luego Casillas. Hoy quizás nos explique si era el ternero o la mofeta. En el fondo, da igual. El Madrid juega a ganar, que es para lo que Florentino fichó a Mourinho, no para que hiciera amigos. Ni siquiera dentro del propio club... y menos con Jorge Valdano. El portugués es un artista, un dominador como nadie de la escena, de las ruedas de prensa. Anoche lanzó un torpedo tremendo a Valdano, Pardeza y compañía a cuenta de una supuesta relación de errores arbitrales contra el Madrid que le habrían pasado y que él se negó a comentar, y citó a un pulso al mismísimo Florentino. Habitualmente en los periódicos las declaraciones del entrenador van tras la crónica del partido. No con Mou.